Dermatología

Con el calor del verano, las personas transpiran más, pero las personas que sufren de hiperhidrosis sufren aún más por su condición de sudoración excesiva

Tener el bronceado soñado en esta época del año, es lo que todos aspiramos en estas vacaciones de verano. Sin embargo, debemos tener en cuenta los daños que podemos causarle a nuestra piel, producto de la exposición a la radiación solar.

Uno de los factores de riesgo es la cantidad de sol que se haya tomado. Por lo tanto si una persona se expone al sol desde temprana edad tiene más posibilidades de sufrir de cáncer de piel porque el efecto del sol es acumulativo.

Tomar sol es algo muy relajante, sobre todo si es a la orilla del mar. Sin embargo, cuando lo hacemos de forma irresponsable podemos ocasionarnos problemas a la piel. Estos pueden ser estéticos como arrugas o manchas o tan graves como quemaduras y cáncer de piel.

Al comenzar la temporada veraniega, el principal problema presente en nuestra piel es la resequedad, la sobre exposición al sol y no protegerse de éste, son algunos de los factores responsables de que la piel se debilite, apareciendo arrugas y sequedad.

Con la llegada de los días soleados nuestra piel se expone a numerosos factores, los que tienen tanto efectos positivos como negativos. Revísalos a continuación.