Un estudio revela que en Chile los jóvenes poseen un inadecuado desarrollo del autoestima, lo que puede conllevar a una persona a tener pensamientos negativos o desarrollar una personalidad egocéntrica.
Un estudio publicado en 2009 por la revista de psicología Castalia, aplicado a estudiantes de 7º a 4º medio develó que más del 43% considera que tiene mala suerte, cerca de un 76% no cree tener liderazgo y un 61% no se siente popular entre sus pares, cifras que dan cuenta que la juventud en Chile posee una baja autoestima, factor importante para el desenvolvimiento de estos jóvenes en la vida.
¿Pero qué es la autoestima? El psicólogo Carlos Valderrama, en su sitio web Psicoeducate, explica que este concepto se utiliza para referirse al “valor que nos damos a nosotros mismos y abarca el cómo nos pensamos y cómo nos vemos. Muchos autores coinciden que la autovaloración es la base sobre la cual se fundamenta la personalidad, por lo cual representa un aspecto importante en el desarrollo de la persona.”
La edificación de la autoestima comienza en la infancia; sin embargo, es en el periodo de la adolescencia en donde se consolida. Durante esta difícil etapa de la juventud, es muy importante desarrollar una autoestima positiva, ya que ésta le permitirá al individuo desenvolverse de mejor manera en diferentes situaciones a lo largo de su vida.
Existen tres tipos de autoestima: baja, alta y saludable. Las dos primeras representan un desequilibrio en la imagen que tiene el sujeto de sí mismo, mientras que la última, representa una adecuada proporción en la percepción de sus virtudes y defectos. No poseer una buena autoestima puede conllevar problemas en el desarrollo y las relaciones que construye una persona.
Algunos síntomas de una autovaloración negativa pueden ser: sentimientos de inferioridad e incapacidad, depresión, pensamientos negativos o autodestructivos, pesimismo, desconfianza o falta de asertividad en las relaciones, perfeccionismo, aislamiento, pasividad e incluso agresividad.
Por el otro lado, las personas con una autoestima alta (no se debe confundir este concepto con el de una autoestima saludable) son quienes presentan una distorsión de la realidad y de la valoración de su propia persona de forma engrandecida. Son individuos a los cuales les cuesta aceptar el fracaso, comúnmente son engreídos y se creen, y sienten superiores al resto.
Finalmente, “una persona con una autoestima adecuada, es aquella que mantiene un correcto equilibrio en cuanto a la visión de sí mismo, sabiendo identificar tanto los defectos como las propias virtudes y capacidades. No se ve ni se siente superior al resto, ni tampoco se siente inferior en comparación con otros, es decir, mantiene un balance respecto a si mismo”, señala el Ps. Carlos Valderrama en su sitio.
Consejos para la autoestima
Ahora bien, para mejorar la autoestima pueden cambiarse una serie de hábitos, intente: convertir las experiencias o situaciones negativas en positivas, no generalizar los fracasos, reconocer sus logros, no compararse, aceptarse, confiar en sí mismo y ponerse metas para mejorar. Es muy importante prestar atención al desarrollo de la propia autoestima y la de nuestros hijos, sentirnos capaces y queridos son pilares fundamentales en este proceso.
Si cree que tiene problemas con su autoestima busque ayuda y acuda a un especialista: una autoestima saludable le permitirá desenvolverse de mejor manera y desarrollar relaciones interpersonales sanas. El amor propio en su justa medida lo hará tener una visión más optimista del mundo, sentirse bien consigo mismo y, en definitiva, ser más feliz.
Una persona con una autoestima baja diría:_ Soy una mierda de persona. Y si es que tengo virtudes, estas simplemente valen nada.Una persona con una autoestima exageradamente alta diría:_ Soy 100% perfecta y no tengo defecto alguno.Una persona con una autoestima sana diría:_ A pesar de poseer defectos como cualquier ser humano. También poseo virtudes que me hacen ser una persona maravillosa.Una persona con una autoestima sana es aquella que se siente bien como es pero al mismo tiempo teniendo la suficiente humildad para reconocer sus defectos y asumir sus errores.