Dr. Arnaldo Porcile
Ginecólogo
Son infecciones urinarias son provocadas por gérmenes que se alojan en el aparato urinario, esto es en la uretra, el uréter y la vejiga. El más común de estos gérmenes es la bacteria Escherichia coli.
Sobre todo en la mujer es muy frecuente, ya que su uretra es más corta que la del hombre y, además, influye su cercanía con la zona anal que facilita una colonización de los gérmenes hacia la uretra y de ahí seguir la propagación e infección hacia otros órganos. También hay un factor anatómico, como por ejemplo malformaciones en la vía urinaria o cálculos que facilitan estas infecciones.
Además, las infecciones urinarias son muy recurrentes durante el embarazo y en la etapa del climaterio, ya que la mucosidad vaginal es más atrófica.
Los síntomas más comunes de este tipo de infecciones son sensación de ardor al orinar, sangre en la orina, sensación de vejiga llena y ganas de ir al baño frecuentemente, ya que se orina de a poco.
Entre las consecuencias que puede traer una infección no tratada incluye el compromiso del riñón -cuadro conocido como Pielonefritis- el que, en casos graves, puede derivar en una septicemia general.
Para atacar el problema, lo ideal es visitar al médico, el que debería realizar un cultivo de orina para detectar la causa de la enfermedad. Luego, lo más común es recetar antibióticos y otras medidas que ayuden a limpiar el tracto urinario.
Son varias las recomendaciones que existen para evitar que una infección urinaria se produzca. Entre ellas, mantener un aseo genital, consumir mucho líquido y no aguantarse de ir al baño. Hay que orinar cada cierto tiempo para que la vejiga pueda vaciarse por completo.
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