Trastorno Obsesivo Compulsivo, TOC: Ansiedad y miedo extremos

Equipo SaludActual

Es normal que, en ocasiones, revisemos las cosas dos veces para estar seguros. Por ejemplo, es común y corriente asegurarse de que el gas esté apagado antes de salir de casa. Pero las personas con Trastorno Obsesivo Compulsivo, o TOC tienen agotadores rituales rutinarios que repiten sin poder evitarlo.

Estos pensamientos y rituales obsesivos asociados con el TOC causan angustia e interfieren en la vida de las personas.

Se denomina "obsesiones" a los pensamientos angustiantes frecuentes. Para tratar de manejarlos, una persona experimentará una necesidad abrumadora de repetir ciertos comportamientos, que se denominan "compulsiones".

Las personas con TOC no pueden lidiar con esto. Y la mayoría de las veces, las obsesiones terminan controlándolos.

Por ejemplo, si una persona está obsesionada con la suciedad o los gérmenes, pueden desarrollar una compulsión de lavar sus manos una y otra vez. Si presentan una obsesión con la posibilidad de que entre algún intruso, cerrarán la puerta de su casa muchas veces antes de acostarse.

Tener miedo a pasar vergüenza por el aspecto personal puede hacer que se miren al espejo compulsivamente, se peinen, se arreglen, y se queden "atrapados" en el espejo, sin poder alejarse de él. Estos rituales no son placenteros: a lo más, producen un alivio temporal ante la ansiedad que sufren debido a sus pensamientos obsesivos.

Otros rituales comunes en personas con TOC pueden ser: revisar repetitivamente todo lo que hacen, tocar objetos en una secuencia específica, o contarlos.

Algunas acciones que también son comunes son los pensamientos frecuentes de violencia y de herir a los seres queridos, pensar en tener relaciones sexuales con alguien que no lo desea, o tener pensamientos prohibidos por su creencia religiosa.

También pueden estar constantemente preocupados del orden y la simetría, no ser capaces de deshacerse de sus cosas, convirtiéndose en "acumuladores", amontonando objetos innecesarios.

De todas maneras, cada paciente tiene una manifestación distinta del TOC: no necesariamente se cumplen todos los síntomas mencionados.

La gente sana también realiza pequeños rituales, pero la diferencia es que quienes padecen TOC permiten que estas costumbres interfieran con su vida diaria, y se estresan al saber que deben llevarlas a cabo, pase lo que pase.

Aunque la mayoría de los pacientes adultos reconocen que sus acciones no tienen sentido, muchos no se dan cuenta que sus actitudes no son normales, especialmente los niños.

Causas y tratamiento

A veces, el TOC es una característica familiar, pero nadie sabe a ciencia cierta por qué hay personas que lo padecen y otras que no. Se ha descubierto que existen partes específicas del cerebro que están involucradas con los sentimientos de miedo y ansiedad.

A medida de que se estudie y aprenda más al respecto, los científicos podrían crear mejores tratamientos.

El TOC es generalmente tratado con psicoterapia, medicamentos, o ambos. La psicoterapia de comportamiento cognitivo es especialmente útil para tratar este trastorno. Le enseña a las personas diferentes maneras de pensar, de actuar, y de reaccionar ante determinadas situaciones, lo que ayuda a bajar los niveles de miedo y de ansiedad.

Los doctores también pueden recetar medicamentos para tratar el TOC. Los más comunes son los ansiolíticos y antidepresivos. Los primeros son muy útiles y hacen efecto inmediatamente, pero en general no deben ser administrados por mucho tiempo, ya que suelen ser muy agresivos para el cuerpo humano.

Los segundos, aunque se utilicen para tratar la depresión, son particularmente muy útiles para controlar el TOC, probablemente más que los ansiolíticos, aunque tardan más tiempo en hacer efecto, entre dos a tres meses.

Eso sí, para tomarlos, se debe monitorear al paciente constantemente, ya que muchos tienen efectos secundarios tales como dolor de cabeza, insomnio, y náuseas. De todos modos, si se empieza con una dosis baja, en general éstos no se presentan.

Por esta razón, es muy importante primero consultar con un especialista y nunca automedicarse.

Carolina Henríquez.

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