Equipo SaludActual
La Psoriasis es una enfermedad crónica de la piel. Se caracteriza por producir lesiones escamosas, inflamadas y engrosadas, las que pueden picar. Aunque no es contagiosa, sí puede ser hereditaria, ya que es genética.
Aunque no está confirmado, algunos expertos consideran que tal vez este fenómeno dermatológico sea un problema autoinmune, es decir, que el sistema inmunológico del cuerpo ataca células sanas por error, produciendo lesiones sobre la piel.
Hay que tener en cuenta que normalmente una persona "cambia" de piel mensualmente. Esto implica que las células cutáneas crecen en lo profundo de la piel, y luego suben a la superficie.
Entonces, las personas con psoriasis realizan este proceso mucho más rápido (hasta 7 veces), acumulando las células muertas y las vivas sobre la epidermis.
Otra arista es el agente hereditario (una persona tiene grandes posibilidades de desarrollar la enfermedad - aproximadamente un 25%- si ambos padres son psoriásicos).
De todos modos, la aparición de las lesiones dependerá de factores externos como el estrés, consumo de alcohol, obesidad, infecciones crónicas e inmunodeficiencia, entre otros.
Por otro lado, la sobreproducción de células, además de ocasionar las lesiones con forma de placa, rojas, descamadas e inflamadas, genera la inflamación de los glóbulos blancos de la piel. Es característico ver estas heridas en codos y rodillas, extremidades, llegando al cuero cabelludo, tronco e ingles.
Luego, dependiendo de la gravedad, el patrón de las escamas y la forma de las lesiones la enfermedad se puede clasificar.
Por ejemplo, por gravedad están: psoriasis leve, moderada o grave. También puede haber otras como: psoriasis en placas, en guttata o gotular, inversa (en pliegues), eritrodérmica, pustular generalizada o localizada.
Aunque puede confundirse con otras enfermedades dérmicas, las características de este padecimiento son bastante específicas, por lo que no es necesario realizar exámenes.
Quizás el médico ordene realizar una biopsia (extracción de un poco de piel para ser examinada con un microscopio) para descartar cualquier otro mal.
Como es de esperar, el tratamiento dependerá del tipo de enfermedad que se tenga.
Por esta razón, es primordial visitar a un especialista (médico de cabecera o dermatólogo) para que el diagnóstico y el procedimiento sea el adecuado.
A pesar de no tener cura, la afección puede mantenerse controlada reduciéndola al mínimo o eliminando los síntomas.
Es por esta razón que en la mayoría de los tratamientos se comienza utilizando alguna crema o loción de uso tópico. También se puede utilizar la fototerapia.
El sol ayuda a sanar las heridas, aunque en algunos casos debe utilizarse un refuerzo específico de luz ultravioleta artificial o una forma combinada de rayos UVB con medicación.
Incluso se puede utilizar medicación vía oral, tópica o inyectable. Entre estos están los esteroides, retinoides, ciclosporina y más.
Finalmente, se debe recordar que la psoriasis no es una enfermedad contagiosa, por lo que no es necesario alejarse de las personas que padecen este mal. Además, el estrés es un agente muy poderoso a la hora de la aparición de las lesiones, por lo que debe controlarse.
De la misma forma, quien padece este problema debe ser muy cuidadoso con el tratamiento de las heridas, ya que se pueden infectar.
Mireya Guzmán.
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