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2024-11-10

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Síndrome de Down en niños: recomendaciones para los padres

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El Síndrome de Down es un trastorno genético que provoca algunas limitaciones en los pequeños, pero también existen muchas formas para potenciar su desarrollo al máximo. Conozca los cuidados y recomendaciones a continuación.


Normalmente, el cuerpo humano tiene 46 cromosomas, distribuidos en 23 pares. Sin embargo, en el caso de los bebés que nacen con síndrome de Down el par 21 tiene tres cromosomas en lugar de los dos habituales, razón por la que este trastorno genético se le conoce como trisomía 21.

Este material genético sobrante ocasiona un cambio en el desarrollo regular del cuerpo y del cerebro del bebé.

Este trastorno se produce de forma fortuita en uno de cada 720 nacimientos en el mundo y es imposible evitarlo. Si bien aún no existe cura ni causa determinada para este trastorno y cualquier persona podría tener un niño con síndrome de Down, lo cierto es que cuanto mayor sea la madre, más aumenta el riesgo.

Por otra parte, este síndrome no es contagioso y es imposible obtenerlo después de haber nacido.

El síndrome de Down entrega a los niños una apariencia física particular que abarca ojos almendrados y orejas pequeñas, boca y labios más pequeños, provocando la sensación de que la lengua es más grande, nariz achatada y manchas blancas en la parte coloreada del ojo, conocida como manchas de Brushfield, entre otras características.

En general, los niños con síndrome de Down son niños muy cariñosos y con gran inteligencia emocional. En cuanto a su crecimiento, tienden a desarrollarse más lento que otros niños, por eso es necesario facilitarles actividades y tratamientos que los estimulen como fisioterapia o logopedia (conjunto de métodos para enseñar una fonación normal a quien tiene dificultades de pronunciación), incentivando sus capacidades para desplazarse o comunicarse.

Otras enfermedades asociadas al síndrome de Down

Cuando el niño está recién nacido, debido principalmente a la diferencia en el desarrollo del organismo, se debe evaluar la existencia de alguna malformación asociada, como cardiopatías congénitas muy frecuentes en los niños con este síndrome.

En algunos casos son de poca importancia y pueden ser tratadas con medicamentos, en otros más graves se puede requerir cirugía. Además, durante las primeras 48 horas de vida se recomienda realizar un examen de hipotiroidismo para descubrir si hay déficit de la hormona tiroidea.

Asimismo, algunos pequeños presentan problemas intestinales, ocasionalmente estos problemas se pueden corregir mediante intervenciones quirúrgicas. Igualmente, los niños con este trastorno son más propensos a tener enfermedades respiratorias y a que la duración de estas sea mayor.

Además, pueden tener problemas auditivos u oculares. En el primer caso, pueden existir deficiencias auditivas debido a la presencia de líquido en el oído medio, o por un defecto nervioso. En el segundo caso, los niños pueden enfrentar problemas como estrabismo, miopía, hipermetropía o cataratas. La mayoría de las veces se solucionan con anteojos, mientras que en otras ocasiones puede ser necesaria la cirugía.

Se recomienda que los pequeños tengan regularmente exámenes de visión y audición para evitar problemas en el desarrollo del lenguaje u otras destrezas. Es importante recalcar que cada niño con síndrome de Down es diferente y que por lo tanto es posible que sólo presente alguno de estos problemas.

Cuidados y estímulos

Se le recomienda a los padres observar la alimentación durante los primeros meses de nacido, debido a que es más difícil que el bebé se ajuste al pecho de la madre. Por eso, es fundamental la ayuda y el apoyo en esta etapa.

Por otra parte, es importante que los padres fomenten sus habilidades sobre todo durante sus primeros años, ya sea jugando con ellos, realizando deporte, actividades musicales, baile, manualidades o incentivando los juegos con otros niños.

Durante la escuela, los padres deben estar presentes constantemente, ayudándolos con las tareas y deberes. Seguramente algunos niños con síndrome de Down necesitarán clases especiales en las asignaturas con más problemas.

Es importante el trabajo coordinado entre los profesores, la escuela y los apoderados para elaborar un programa que facilite el proceso de aprendizaje del niño.

Es fundamental que los padres fomenten la independencia del menor, permitiéndoles tomar decisiones como al resto de los niños. Así se les reforzará la autoestima y la seguridad, fomentando la confianza en ellos mismos.

Finalmente, es importante que los padres le entreguen cariño y tranquilidad a estos pequeños.

En la actualidad, las personas con síndrome de Down han alcanzado una esperanza de vida de 60 años promedio y es que el amor, la estimulación y el seguimiento de la salud les otorga una buena calidad de vida.

 

Carolina Roco.

 



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