Equipo SaludActual
El ritmo y calidad de vida, propio de nuestra época, conlleva problemas laborales y de otra naturaleza. La calidad de vida y esperanza promedio, apuntaría a una población de edades crecientes, con proyecciones mucho mayores para los próximos años.
En la población Chilena hay una tendencia al envejecimiento, con un puñado de riesgos que se asocian. Si se agrega la tendencia hacia el año 2010, que nuestro país bordearía en un 50% de personas obesas, nos encontramos con un futuro bastante oscuro y de riesgos crecientes.
No sólo se trata de prevención de infartos al miocardio, aunque sigue siendo una de las causas importantes de muertes en nuestro país, sino se trata de un estilo de vida dañino para nuestra salud: estrés, mala alimentación, sedentarismo y una falta de incorporación del ejercicio a nuestras vidas.
Ante similares condiciones riesgosas, desde el punto de vista cardiovascular, los antecedentes genéticos (familiares), nos dan una clara noción de nuestros futuros riesgos o predisposiciones a éstos riesgos, ayudados por factores que deterioran nuestra salud.
Desde la más tierna infancia, hasta la tercera edad, nuestro padrón genético determinan las mayores o menores posibilidades de morbilidad y mortalidad.
Para evaluar los riegos, se consideran las más importantes variables en juego, además de divisiones por sexo y edad.
Los siguientes son los grupos de mayor riesgo cardiovascular en nuestro país:
Población de bajo riesgo
Población de Alto Riesgo
Población de Máximo riesgo
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