Nadia Flores
Equipo periodístico
Saludactual.cl
La enfermedad del Alzheimer es una de las causas más frecuentes de demencia, cuya prevalencia se duplica por cada 5 años de edad después de los 60 años, de modo que aumenta del 6.5 % a los 65 años hasta el 28,5 % a los 90 años.
La probabilidad a lo largo de la vida de sufrir Alzheimer aumenta a medida que envejecemos, especialmente después de los 60 años; sin embargo, no es normal del proceso de envejecimiento que se desarrolle esta enfermedad. Se cree que cerca de 170.000 adultos mayores en Chile padece algún tipo de demencia y/o Alzheimer.
“La enfermedad de Alzheimer es la causa más frecuente de demencia (representa el 50 a 70%). La demencia es el deterioro de las funciones cerebrales superiores que impide el funcionamiento independiente de la persona en su medio habitual. Las funciones cerebrales superiores comprenden: la interpretación de información, memoria, lenguaje, asociación y razonamiento”, señala el Dr. Rubén Alvarado, especialista en geriatría y Jefe de Servicio de Patologías Neurodegenerativas del Centro Capredena La Florida.
Los síntomas abarcan problemas en la memoria, el lenguaje, la percepción, la conducta y las habilidades cognitivas en general. Pero, en general, el primer indicio de esta enfermedad es el olvido: dificultad para nombrar objetos, extravío de cosas, dificultad para resolver problemas; a medida que avanza el mal de Alzheimer los síntomas empeoran y las personas ya no son capaces de cuidar de sí mismas, hasta llegar a la incapacidad de comprender el lenguaje, reconocer a la familia o realizar tareas básicas.
Sobre el diagnóstico, el Dr. Alvarado indica que este “se efectúa mediante la evaluación clínica por un médico asociado a exámenes de laboratorio y habitualmente algún estudio de imágenes como scanner o resonancia magnética cerebral. Además, es conveniente realizar una evaluación neuropsicológica para determinar el grado de deterioro y las funciones más afectadas.”
No existe una cura para el Alzheimer, el tratamiento de este padecimiento apunta más que nada a disminuir el progreso de la enfermedad y a manejar los problemas de conducta del paciente. Es posible seguir un tratamiento no farmacológico, basado en la capacidad de adaptación cerebral o uno farmacológico, para lo cual se hacen uso de medicamentos como donepezil, rivastigmina, galantamina y memantina.
En algunas etapas de esta enfermedad surgen cuadros de agresividad, agitación, trastornos del sueño y alimentarios, por lo que es posible que se requieran otros medicamentos para tratar estas conductas. En general, la enfermedad de Alzheimer es una carga pesada para las personas que están a su cargo, por lo tanto, es muy importante acudir al médico y tratar adecuadamente esta patología cuanto antes para mejorar la calidad de vida del paciente y su familia.
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