Equipo SaludActual
La primavera y el verano nos traen muchos buenos momentos: días agradablemente templados, la diversión en piscinas o mar, las vacaciones, etc. Pero pueden acarrear un problema bastante molesto, mas no grave: la conjuntivitis. A continuación, presentamos de qué se trata, sus síntomas y algunos tratamientos para esta enfermedad.
La conjuntivitis es una enfermedad que puede ser causada por virus, bacterias, alergias, hongos, exposición a químicos (como el cloro), etc. Esta afección se caracteriza por la inflamación (hinchazón) o infección de la conjuntiva, que es la membrana mucosa trasparente que cubre el globo ocular.
Dentro de los síntomas se encuentran: enrojecimiento de los ojos, picazón, dolor, secreción viscosa (blanca, amarilla o verde), visión borrosa, aumento de lágrimas (lagrimeo u ojos llorosos), sensación arenosa en los ojos y pesadez de los párpados, costras en los párpados que se forman de noche o al dormir, abultamiento de los párpados (sobre todo en las mañanas) y sensibilidad a la luz.
Si bien las causas son múltiples, en esta ocasión nos centraremos en la conjuntivitis alérgica. Esta dolencia comienza a presentarse con mayor frecuencia en primavera (por los agentes alérgenos que se encuentran en el ambiente, como el polen) y en el verano (por químicos como el cloro). Los síntomas son los mismos, aunque sean ocasionados por diferentes factores.
Por esta razón, algunas veces el médico especialista deberá buscar indicios para saber la razón de las molestias.
Estos exámenes pueden ser: tomar una muestra del ojo para ser analizada, buscar eosinófilos o glóbulos blancos, protuberancias pequeñas dentro del párpado, entre otros.
Como se dijo anteriormente, las sustancias que pueden provocar esta inflamación ocular son el polen, el polvo, el moho, la caspa (de humanos y animales) o cualquier sustancia o cuerpo que nos cause alergia comúnmente. Es por esto que al llegar la primavera la conjuntivitis aumenta.
En consecuencia, puede que los síntomas no desaparezcan, pero es difícil que genere algún problema mayor que las molestias.
Por lo tanto, es necesario alejarse de estos detonantes para prevenir la aparición. Pero como es casi imposible arrancarse del polen o el polvo, para aliviar los síntomas se pueden utilizar gotas lubricantes y/o aplicar compresas frías para bajar la inflamación.
Los antihistamínicos orales de venta libre también pueden disminuir las molestias, pero se corre el riesgo de generar resequedad en el ojo.
Otro punto importante es que esta dolencia tiende a sanarse por sí sola, a menos que el médico recete antibióticos u otro tratamiento. Y no se debe olvidar que si se padece de esta enfermedad no se deben maquillar los ojos, ya que se pueden transmitir los gérmenes, agentes alergénicos, bacterias o virus a los cosméticos.
Asimismo, el cloro o el smog (o cualquier químico irritante) pueden causar conjuntivitis. Por eso, especialistas recomiendan utilizar lentes acuáticos en piscinas y gafas de sol en la playa, para evitar el contacto directo con el cloro, arena o agua contaminada. También es importante evitar totalmente la utilización de lentes de contacto en estos espacios.
Por otro lado, si la conjuntivitis es provocada por un virus o bacteria, esta puede ser altamente contagiosa, por lo que es importante un buen aseo de manos cada vez que se acerque a una persona con la conjuntiva inflamada.
En conclusión, es importante cuidarse para poder aprovechar y disfrutar los días estivales. Se debe seguir al pie de la letra las recomendaciones en el caso de ser más propenso a generar esta enfermedad (personas alérgicas). Y si tiene alguna molestia, no dude en consultar a su médico.
Mireya Guzmán
Twittear |