Equipo SaludActual
La microftalmía de presenta de manera más frecuente, con una proporción de 1 en cada 10 mil nacimientos. Mientras la anoftalmía, se desarrolla en 1 de cada 100 mil niños. Sin embargo, aún no se descubren las causas específicas cuando se trata de un problema genético.
La anoftalmía y microftalmía son patologías que afectan directamente el o los globos oculares de la persona, pues se presenta como la ausencia o un problema con el tamaño de este órgano. Existen casos en donde estas dos patologías se pueden presentar en ambos ojos (bilateral).
Es preciso destacar que la anoftalmía en particular es la ausencia completa de la vista, siendo este problema una malformación a nivel de órbita ocular de procedencia congénita o adquirida. Cualquiera sea su causa, esta es la consecuencia inmediata de no tener el globo ocular. Cuando los pacientes nacen con esta condición, la ausencia del globo ocular se deberá a que no se formó la vesícula óptica; en el caso que sea adquirida, su origen podría estar en la aparición de un tumor o haber sido afectado por un trauma.
En la anoftalmía pueden existir repercusiones en el desarrollo y/o crecimiento óseo de la cavidad ocular y de los tejidos adyacentes, por ende cuando esta condición viene del vientre, el rostro del niño no crecerá de forma natural, por lo que será necesario un tratamiento para sustituir la ausencia del órgano y mejorar la simetría facial.
En el caso de la microftalmía, esta es una anomalía ocular en la que uno, o ambos globos oculares, tienen un tamaño muy pequeño. Hay ocasiones en que este órgano parece inexistente, pero aún así podría existir la posibilidad que quede algún rastro de tejido ocular. Cuando los pacientes padecen de esta patología de forma intensa, es necesario que el médico mediante un examen histológico, indique si existió algún tipo de desarrollo embrionario del globo ocular, pues en el caso de la microftalmía, puede haber o no pérdida de visión, según el grado en que esté afectado el órgano visual.
Quienes padecen microftalmía pueden verse afectados también por un coloboma, ausencia de tejidos oculares de algunas partes del ojo, ya sean del iris, retina, coroides o nervio óptico, las que también pueden afectar la visión.
¿Cómo se forma esta condición genética?
Aunque la microftalmía es la más frecuente, con una proporción de 1 en cada 10 mil nacimientos, la anoftalmía, se presenta en 1 de cada 100 mil niños. Sin embargo, aún no se descubren las causas específicas cuando se trata de un problema genético.
Usualmente los profesionales médicos la asocian a variaciones en algún cromosoma o mutaciones de genes, siendo éstos los que podrían estar asociados: SOX2, SIX6 y PAX6. Así también, se estima que hay factores externos en el embarazo que podrían originar este problema, como el consumo de alcohol y drogas, el uso del fármaco thalidomide o la rubeola mientras se desarrolla el feto. Lo mismo sucede con la exposición a químicos como el fungicida benamyl, que puede provocar daños en el desarrollo embrionario del ojo.
¿Hay soluciones para revertir la patología?
Aunque no hay soluciones para revertir el problema, existe la posibilidad para estos pacientes de recurrir a implantes. Cuando se trata de bebés, se recomienda que se inicie el tratamiento lo antes posible, ya que el 90% del crecimiento orbital se completa a los cinco años de edad. En algunos laboratorios, realizan la adaptación de conformadores (dispositivos transparentes elaborados a medida), que se agrandan de acuerdo al crecimiento de la órbita, para luego colocar una prótesis ocular pintada a mano.
Ahora bien, el uso de prótesis oculares permite que los pacientes puedan enfrentar de mejor forma esta patología que los aqueja, pues son pacientes que ven afectada su autoestima ya sea por la carencia del ojo o la pérdida de visual. Con estos implantes también se puede contrarrestar el hundimiento parpebral y restablecer el movimiento de los párpados para evitar la deformación o cierre de la cavidad orbitaria, principalmente en los niños, pues su crecimiento se debe al estímulo directo del globo. Sin embargo, éstas son sólo un reemplazo estético del órgano visual y no le otorgan la capacidad visual al paciente.
Existen también las cascarillas cosméticas, muy similares a las prótesis oculares pero que poseen un menor grosor, por tanto la técnica con la que son producidas, es diferente. El uso de éstas es más recomendable en pacientes que tienen su órgano sin visión o de menor tamaño; son ajustables al ojo ocular y no necesitan cirugías previas.
No obstante, en la mayor parte de los casos es necesario un proceso de adaptación, por lo que se recomienda seguir un programa para que los tejidos se acomoden a la nueva lente, agregando a diario más horas de uso de las cascarillas. Para las prótesis oculares, existe una estructura de plástico que permite apoyar la cara y promover el crecimiento de la cuenca del ojo, en el caso de los niños, es necesario el uso de expansores para ampliar la cuenca del ojo.
Fernanda Carrera
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