Juliana Kain
Bioquímica
Experta en Salud Pública del Instituto de Nutrición y Tecnología de los alimentos de la Universidad de Chile (INTA).
La mala nutrición y la escasa actividad física, son los dos grandes culpables del aumento en la cantidad de niños obesos en Chile, cifras que prácticamente se han triplicado en los últimos años, siguiendo la tendencia mundial, especialmente de países como Estados Unidos.
Primero. Considerando el factor alimentación, debemos tener en cuenta el desarrollo de una gran cantidad de nuevos productos denominados, comida chatarra, galletas - dulces o saladas, snacks, caramelos, hamburguesas, pizzas, etc. Estos son alimentos que se han masificado muy rápidamente ya que son muy baratos y de buen sabor, lo que los hace especialmente apetecibles por los niños.
Tras estos productos hay también un factor psicológico o de "imagen valorativa". La gente los mira como más atractivos que una fruta o un sándwich, esto ocurre sobretodo en los niveles socioeconómicos más bajos, donde las cosas empaquetadas tienen mayor valor aparente que las cosas naturales, en este sentido, está lo que podríamos llamar el "factor premio". Los padres suelen decir a sus hijos: "si te portas bien te compro una cajita feliz."
Se puede decir también que la publicidad incide fuertemente en los gustos de los niños. La obesidad está altamente asociada a los productos que las industrias publicitan y venden. Estos son alimentos con una alta cantidad de grasa, sal y azúcar, y que además, como ya se ha dicho, son muy baratos. En algunos países de Europa, sobretodo en las naciones escandinavas, este es un tema que está fuertemente regulado, por ejemplo, en algunos espacios destinados a la transmisión de programas infantiles no se puede colocar publicidad de ciertos alimentos, cuestión que acá es impensable.
El segundo factor ligado al aumento de la obesidad infantil en Chile es la falta generalizada de actividad física. Hace sólo algunas décadas la gente caminaba mucho más, en cambio ahora todo prácticamente se hace en automóvil, los niños ya casi no caminan a sus colegios ni a ningún lado, además, el comportamiento después del colegio también se ha modificado con el pasar de los años. Los niños de antes no llegaban a su casa a ver televisión, sino que salían a jugar. Si tomamos esto en cuenta es indudable que las horas sin actividad física han aumentado y con ellas, las horas comiendo en cama, esto trae como consecuencia que los pequeños no están gastando las calorías que están consumiendo.
Nuestra sociedad ha dejado de lado muchas conductas positivas, por ejemplo, la vida al aire libre, que ha sido reemplazada por los paseos al mall, lugar donde la gente tiene a la mano todo tipo de productos que contribuyen al aumento de la obesidad: hamburguesas, papas fritas, helados, etc. Todos alimentos que contienen mucha sal, grasa y azúcar.
Alrededor del 35% de los niños de primero básico en nuestro país son obesos o tienen algún grado de sobrepeso. De este grupo los que más debieran preocuparnos son los obesos propiamente tal, porque, además del daño psicológico que le genera su condición, se encuentra el aumento en la posibilidad de desarrollar enfermedades que antes no se presentaban en niños, como la diabetes tipo 2 o diabetes del adulto y la hipertensión.
En Chile se está tratando de concientizar a las empresas sobre la importancia de elaborar productos un poco más sanos, sin tanta azúcar, grasa o sal, que esta presente en muchos más productos de los que creemos y que no necesariamente son saldos, como los cereales cornflakes - ya que es usada como estabilizador -. Ahora, a los locales de comida rápida también se les está haciendo ver la importancia del problema a través de la sugerencia para que tengan entre su menú alguna alternativa saludable como por ejemplo, alguna ensalada.
Actualmente se está trabajando en muchos colegios del país para que se cambien los hábitos alimenticios de sus estudiantes. Lamentablemente en este ámbito no se ha tenido mucha suerte ya que los kioscos al interior de los establecimientos pertenecen a privados, por ende, los directores no pueden intervenirlos. También se ha tratado de que se mejoren y aumenten las clases de educación física, que no son tomadas en serio por muchos padres y estudiantes ya que permanece en la mente de las personas la idea de que "es la clase que todos capean".
El Estado está conciente de este problema y a través del Ministerio de Salud, con su programa denominado Vida Chile, está tratando de disminuir la cantidad de personas obesas y con sobrepeso en el país, incentivando la práctica de la actividad física y los estilos de vida saludable, pero más allá de eso, lo fundamental es cambiar los hábitos básicos de alimentación y actividad física desde los hogares, cuestión que no es nada de fácil.
Aunque hay mucha más conciencia de lo peligroso de la propagación de esta verdadera epidemia del siglo XXI, los resultados positivos sólo se verán a largo plazo, aunque, afortunadamente, en la última medición hecha en niños de primero básico en nuestro país, se han estabilizado por primera vez en muchos años las cifras de obesidad, cuestión que abre una luz de esperanza.
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