Equipo SaludActual
En una gran preocupación se ha transformado la alimentación de niños y niñas en crecimiento. Saber cuánto, cuándo y cómo deben comer los pequeños genera incertidumbre y, la falta de respuestas, puede crear inconvenientes.
Cuando niños y niñas están en crecimiento, miles de interrogantes rondan en la cabeza de los padres: ¿cuánto deben comer?, ¿cuánta fruta?, ¿se debería descartar la comida rápida? Y un largo etcétera.
En una primera instancia, es necesario recalcar que un pequeño -independiente de la edad que tenga- no debe consumir lo mismo que un adulto, puesto que se corre el gran riesgo de desarrollar problemas de obesidad. En este sentido, varios especialistas recomiendan que las porciones sean del tamaño del puño del niño.
La etapa de desarrollo y crecimiento es crucial para los niños, por lo que alimentación saludable es fundamental. Esta debe incluir:
•Lácteos: es aconsejable que sean descremados para evitar el sobrepeso. Éstos proporcionan el calcio necesario para el desarrollo y fortalecimiento de huesos y dientes de los niños.
•Proteínas: se encuentran abundantemente en alimentos como legumbres (lentejas, porotos y arvejas) y, en menor cantidad, en huevos, carnes rojas y blancas. Son relevantes, ya que las proteínas otorgan buenas cantidades de energía. Además, estos alimentos también son ricos en hierro, que previene la anemia.
•Frutas y verduras variadas: es decir, de diferentes colores. Estos alimentos proporcionan grandes cantidades de fibra, vitaminas y minerales, que no sólo los mantendrán saludables, con un sistema inmunológico fuerte, sino que con un sistema digestivo sano.
•Cereales (panes, pastas, entre otros): también son una fuente rica en fibra. En cantidades moderadas, mantiene activo el intestino de los pequeños.
•Aceites y grasas saludables: aceite de oliva, canela, maíz o maravilla. Crear el hábito de consumir grasas "buenas" generará en los niños un fuerte sistema cardiovascular, que les permitirá crecer y aprender de la mejor manera.
También es importante nunca saltarse comidas, respetando horarios. Esto debido a que, entre muchos otros problemas, comer a deshora o simplemente no comer, genera en los niños costumbres que más tarde son prácticamente imposibles de cambiar.
Por otro lado, el desayuno es la comida más importante. Considerando que los pequeños deben dormir entre 8 y 10 horas, el cuerpo necesita "combustible" para trabajar de forma óptima. Si esta comida es balanceada (es decir, tiene al menos 3 de los siguientes 4 grupos: lácteos, cereales, grasas y frutas) le proporcionará al niño más energía y más fuerza para desarrollar todas sus actividades.
Además de recargar energías cada mañana, mantener una dieta balanceada y respetar los horarios de alimentación, los niños deben evitar los alimentos ricos en grasas saturadas, y azúcares (pueden ser reemplazadas por Stevia), así como los alimentos salados, chocolates y caramelos. Esto no quiere decir que jamás los consuman, sino que las porciones deben ser medidas y controladas para evitar la obesidad infantil.
Siguiendo estos consejos y visitando regularmente al pediatra, se puede prevenir la desnutrición y también el sobrepeso.
Por último, hay que recordar que los niños siempre siguen el ejemplo de los padres: si ellos comen de forma saludable, para los pequeños será más fácil aceptar esta forma de alimentarse y adquirir buenos hábitos.
Mireya Guzmán.
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