Equipo SaludActual
Mantener una vida sana depende de muchos factores: hacer ejercicio, evitar el estrés y, sobre todo, consumir alimentos que contengan los elementos necesarios para nuestro organismo, como vitaminas, minerales, etc. En esta ocasión, invitamos a conocer los beneficios de la Vitamina E.
Realizar una rutina sin excesos y hacer deporte son fundamentales para tener una vida sana. Asimismo, una dieta balanceada basada es esencial. Se deben incluir alimentos que tengan los nutrientes vitales para que nuestro organismo funcione correctamente, se proteja de agentes externos y tenga la energía suficiente para desarrollar todas las funciones que requerimos.
Las vitaminas se encuentran dentro de las sustancias fundamentales que necesitamos para mantenernos con vida.
En este sentido, la vitamina E también conocida como tocoferol, es liposoluble, esencial para el organismo al actuar como antioxidante y fue descubierta en 1922. Ésta nos ayuda a mantener el sistema inmune fuerte frente a virus y bacterias. Además, tiene un rol importante en la formación de glóbulos rojos, entre otras características.
En primer lugar, es en la dieta donde principalmente se encuentra la vitamina E. De hecho, se absorbe de mejor forma a través de los alimentos que por los suplementos.
Para ejemplificar, se halla en aceites vegetales que se están presentes en la soya, maíz y los aceites de germen de trigo.
Los frutos secos como almendras, maní, avellanas y en semillas como el girasol nos pueden ayudar a cubrir cerca de 15 mg diarios de vitamina E. En consecuencia, si a medio día se está hambriento, un puñado de éstos será la solución perfecta para saciarse y, al mismo tiempo, recibir todos los beneficios del tocoferol.
En cuanto a los alimentos de origen animal, la yema de huevo, el hígado y la carne traen un gran aporte de esta vitamina.
Como siempre los vegetales son el grupo de alimentos con más beneficios y no se quedan atrás aportando vitamina E. Entre ellos están la espinaca, el brócoli y el tomate.
Por otro lado, a pesar de que las frutas no presentan altos contenidos de vitamina E, hay algunas como el kiwi, la palta, la uva, la manzana y el durazno que sí la contienen. Por lo que un jugo natural junto a un saludable platillo se convierten en una muy buena alternativa para que el cuerpo reciba esta vitamina.
De igual modo, los condimentos como la albahaca y el orégano (que con éxito se usan en salsas para pizzas y pastas), en 100 gramos proporcionan 7,38 mg de vitamina E. Es decir que una cucharadita contiene 0,2 mg. Otras hierbas con alto contenido de vitamina E son la salvia, el tomillo, el perejil y el comino.
Finalmente, cereales como el trigo, la avena y el arroz son una buena alternativa por su alto contenido de vitamina E.
Lo cierto es que, además de encontrarse en alimentos deliciosos y saludables, la vitamina E tiene grandes beneficios, entre estos la más conocida característica antioxidante, la que permite proteger las células y combatir a los radicales libres que provocan daño en los tejidos.
Así, colabora con el cuidado de la piel, ayudándola a mantener su humedad natural y otorgándole un aspecto saludable y fresco. El cabello también se ve beneficiado, ya que fortalece las paredes capilares.
Debido a su condición liposoluble es un muy buen humectante para pieles y cabellos secos sin los químicos dañinos que contienen algunas cremas comerciales.
Para obtener uñas menos débiles y quebradizas se puede verter unas gotas de tocoferol, fortaleciéndolas y dejándolas más saludables. Asimismo, la vitamina E fomenta las fibras elásticas y el colágeno facilitando en la cicatrización y acelerando la regeneración celular, sobre todo de quemaduras, acné y estrías.
Igualmente, se les asocia el fortalecimiento del sistema inmune, porque aumenta la producción de células de defensa, permitiendo una mejor respuesta frente a infecciones. Este efecto se produce principalmente en enfermedades virales.
La vitamina E, también, prologa la vida de los glóbulos rojos y colabora con el organismo en la absorción y el uso de la vitamina A.
En general, todos nuestros órganos son beneficiados con la vitamina E, pero algunos ven sus efectos en mayor medida. El daño del cigarro es disminuido, protegiendo al pulmón, por ejemplo. Lo mismo se produce en el hígado con el alcohol, mientras que ayuda al corazón a prevenir problemas coronarios debido al colesterol alto. Nuestro cerebro también se ve beneficiado al combatir la degeneración celular.
Por otra parte, la vitamina E posee un efecto diurético, ayuda a quienes tienen problemas de circulación y disminuye los calambres.
Además, reduce los constantes dolores premenstruales. También se asocia a la prevención de enfermedades como el Alzheimer y la diabetes.
La ingesta de vitamina E no es riesgosa a menos que sea a través de suplementos, por lo que se debe tener algunos cuidados. Por ejemplo, su consumo podría empeorar problemas de coagulación en personas con niveles de vitamina K muy bajos. Asimismo, las dosis altas pueden provocar náuseas, diarrea, dolor de estómago, fatiga, dolor de cabeza y comezón.
En consecuencia, antes de consumir suplemento de vitamina E se debe consultar a un médico.
Lo mismo ocurre cuando se obtiene vitamina E por medio de nueces, semillas, aceites, ya que son alimentos altos en calorías y, por tanto, se deben comer con moderación.
Carolina Roco.
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