Google+
Salud Actual
REDES SOCIALES SALUDACTUAL:
2025-04-30




Vuelve la calma a los hospitales en Madrid

15/03/2004

Luego de atentados terrotistas en la capital Española, los hospitales vuelven lentamente a la normalidad...

Vuelve la calma a los hospitales en Madrid

Los grandes hospitales que ayer acogieron a las víctimas del ataque terrorista
ofrecen hoy calma y serenidad. En el Hospital Gregorio Marañón parece
que es un día normal. Atrás, en la calle las cámaras de televisión,
los micrófonos y los periodistas nos hacen ver que no lo es, que ayer se
produjo un atentado que convulsionó la ciudad. Sin embargo, en el centro
sanitario se respira 'normalidad' a pesar de haber recibido a 229 pacientes durante
la mañana de ayer.

El personal de la planta de Traumatología del Hospital trabaja con calma.
Una internista del servicio comenta con grata sorpresa que "a pesar de
todo, se controló la situación de forma muy rápida y bien.
Hoy estamos tristes, aunque todavía no hemos tenido tiempo para reaccionar",
explica. Algo que le sorprendió fue el número de personas que
se ofreció para trabajar voluntariamente.


Un cirujano traumatólogo del servicio explica que se enteró del
atentado una vez que llegó al hospital a eso de las 8:30. "En ese
momento me bajé a la urgencia para clasificar a los pacientes",
comenta. Explica que el 'caos', refiriéndose a la avalancha de pacientes,
se fue trasladando de la urgencia a los quirófanos y de éstos
a la sala de reanimación. "Ahora está en la UCI y en las
plantas, pero la situación es más tranquila aunque hasta cierto
punto porque tengo todos estos enfermos por visitar", me comenta mientras
me enseña un montón de folios correspondientes a sus pacientes.


Una enfermera del servicio explica que hoy están más tranquilos,
"en nuestra planta sólo están ingresadas tres víctimas
del atentado. Ayer fue peor", comenta.


Por otro lado, la situación en la urgencia ha cambiado radicalmente,
pero no sólo en comparación con la vivida ayer sino con la habitual.
"Los enfermos normales no han venido, no sé dónde estarán.
La sala de observación y de ambulantes están medio vacías",
explica otro internista. Lo más destacable para él fue cómo
todo el mundo se volcó para ofrecer su ayuda: proveedores, limpiadores,
cocineros, personal sanitario. "Nunca pensé que pudiéramos
funcionar tan bien. Lo que se demuestra es que la gente se sabe su oficio y
se lo sabe bien".


En este caso, caos no es sinónimo de mala gestión sino que equivale
a desorden, por hacer algo a lo que no se está acostumbrado. Las urgencias
recibieron una oleada de 120 víctimas que en menos de dos horas estaban
clasificadas y destinadas en otros servicios para hacer hueco a otras tantas,
que fueron llegando al poco tiempo.


Ninguno de estos profesionales ha querido revelar su identidad porque la información
está muy restringida. Sin embargo, no se han negado a ofrecer su testimonio
y hacernos llegar su tristeza por lo ocurrido y su gratitud hacia todas las
personas que colaboraron ayer. Pero no hay que olvidar que a partir de hoy queda
mucho por hacer. "Habrá segundas cirugías, para las que se
necesita sangre, por eso hay que recordar que las donaciones son necesarias
no sólo hoy sino a lo largo de muchos días", comenta este
internista.


Mucho por hacer


Todos los profesionales consultados opinan lo mismo: queda mucho trabajo pendiente
y mucha incertidumbre todavía. Como la que se vive en la sala de espera
que se encuentra entre las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y Traumatología.
Hay muchas personas: "más de lo habitual", dice uno de los
familiares que explica cómo les han dicho que es una situación
excepcional y como tal se está tomando medidas distintas a las habituales,
normalmente no se permite que se quede tanta gente.


Allí se encuentran los familiares de Manuel, de 19 años, que
ayer se montó en el tren en la estación de Entrevías y
que ahora se encuentra en la UCI. Su familia ha pasado toda la noche en la sala
de espera, una de sus hermanas sostiene la mano de la madre. "Está
muy grave, la bomba le ha afectado a la cabeza, pero se va a salvar, él
es muy fuerte", afirma en voz alta la hija mientras aprieta la mano de
su madre.


En el pasillo, de pie, están los padres y la hermana de Alicia de 22
años. Estudiante de odontología se dirigía a la Universidad
Complutense para hacer un examen. Cogió el tren en Alcalá de Henares.
Sus padres no la pudieron localizar hasta casi el medio día. A través
de un mensaje en el móvil conocieron donde estaba ingresada. Llevan desde
esa hora en el hospital. Las lesiones son múltiples: "fractura en
el húmero, costillas, heridas de metralla, contusión torácica...
Pero está mejor, aunque todavía está en la UCI", afirma
el padre. La madre no quiere pensar en el atentado, no ha visto la televisión
"me recordaría todavía más lo que pasó y no
lo podría soportar".


Los médicos no han olvidado a los familiares, otras víctimas
del terrorismo. Como Luis Pastor, jefe de guardia del centro en el día
de ayer, que al recordar la situación todavía se emociona. "Nunca
había vivido nada parecido", comenta y explica que está impresionado
ante tanta solidaridad.


El hospital tampoco quiere olvidar la necesidad de seguir donando sangre y
hace un llamamiento: "serán necesarias más transfusiones.
Hay que seguir donando sangre, de forma escalonada". Hasta las 10 horas
de hoy permanecen ingresados 95 pacientes, de los que 22 están en estado
muy grave, 54, graves y 19, leves.



http://elmundosalud.elmundo.es/elmundosalud/

Comentarios [0]

Comentar la noticia