08/02/2010
La diabetes es una epidemia mundial, así también lo confirman las cifras que entrega la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya que actualmente afecta a unos 250 millones de personas en el mundo y se pronostica que para el año 2030 esta cifra se duplicará.
Pero la diabetes trae consigo una serie de enfermedades anexas, y una de las más evidentes en estos pacientes es la Retinopatía. Las estadísticas mundiales indican que un 25% de la población diabética presenta algún grado de retinopatía, de ellos un 5% la padece en grado moderado y el 1,2% en grado avanzado.
La realidad nacional también es preocupante, actualmente existen 264.500 pacientes con Retinopatía Diabética diagnosticada y 52.900 con Retinopatía Diabética avanzada.
Según explica la Dra. Rebeca Vega, oftalmóloga del Centro Oftalmológico Puerta del Sol, de todos los problemas que presentan los diabéticos, aquellos que están relacionados con la vista son los más preocupantes. Sin embargo, una consulta a tiempo y un control oftalmológico periódico son herramientas primordiales para que el problema no avance.
Aquellos pacientes con más probabilidades de presentar Retinopatía diabética son los que llevan más tiempo con diabetes y los que no controlan de manera óptima su metabolismo. Además, los que sufren de hipertensión arterial, mujeres embarazadas con diabetes también son pacientes de alto riesgo.
La Retinopatía diabética ataca de manera silenciosa, ya que al comienzo el paciente no notará ningún cambio en su visión, pero al cabo de 5 a 10 años de diagnosticada la diabetes sino ha sido bien controlada comenzará a percibir que su visión es menor, incluso luego de un tiempo puede llegar a la ceguera en ambos ojos.
Respecto a los tratamientos que pueden seguir estos pacientes, cabe destacar que el daño ya ocurrido no se puede remediar. Actualmente se están desarrollando fármacos que impiden la proliferación de vasos sanguíneos anormales en pacientes con Retinopatía diabética proliferativa. En el caso de la cirugía láser y/o fotocoagulación, estos tratamientos se pueden utilizar para impedir que los vasos sanguíneos presenten filtración o bien para eliminar vasos frágiles y anormales.
Otro procedimiento es el llamado vitrectomía, el cual se utiliza cuando existe un sangrado (hemorragia) en el ojo, además se puede usar para reparar los desprendimientos de retina.