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2024-09-20




No todo en diabetes son malas noticias

29/10/2008

Columna de opinión del Dr. Juan Rosas Guzmán, Presidente de la Asociación Latinoamericana de Diabetes (ALAD) sobre la diabetes.

No todo en diabetes son malas noticias

Todos los días somos receptores de miles de mensajes. Algunos de esos mensajes reclaman nuestra atención y el resto caen en el olvido, casi siempre porque no nos vemos afectados por su contenido.


Con ese punto de partida quiero compartir algunas consideraciones relacionadas con el proceso evolutivo de la diabetes tipo 2, una enfermedad crónica y degenerativa. En América Latina ocasiona entre el 90 y el 97 por ciento de los casos de diabetes, afecta entre un 10 y un 15% de la población adulta y se espera que el número de casos se duplique en los próximos años, pudiendo superar los 65 millones de pacientes para el 2030.


No pretendo dibujar un escenario catastrófico, pero no solo en el peso de los datos estadísticos fríos radica el problema. Hoy sabemos que la concienciación sobre las formas para prevenirla y controlarla debe ir acompañada por información que permita al paciente visualizar la meta para transformar su realidad. Con ello nos referimos al control de la diabetes a largo plazo. Esa es la meta.


¿Por qué el control a largo plazo es tan importante? El estudio DEAL (Diabetes en América Latina) realizado en 9 países de América Latina, con la participación de 3.500 pacientes, evidenció 3 cosas:

a) Dos de cada tres pacientes con Diabetes Tipo 2 no controla la enfermedad y, por tanto, desarrolla las complicaciones asociadas a la enfermedad como ceguera, amputaciones y complicaciones cardiovasculares;

b) No controlar los niveles de azúcar aumenta a el riesgo de complicaciones a mediano plazo.

c) La expectativa de vida se reduce en aproximadamente 15 años, es decir la vida del paciente se acorta por las complicaciones de la diabetes.


Lo anterior nos debe mover hacia la reflexión. ¿Reciben los pacientes diabéticos información adecuada que se ajuste a su realidad? ¿Saben que los cambios en los hábitos de dieta y ejercicio pueden ayudar a prevenirla y a retrasar su progresión? ¿Reconocen cuáles son los niveles de glucosa que deben alcanzar para considerarse pacientes ?bajo control?? ¿Son conscientes de que la seguridad y eficacia de los medicamentos son elementos fundamentales para asegurar el control a largo plazo y evitar las complicaciones? ¿Conocen las bases que determinan el tipo de tratamiento farmacológico que deben recibir?


La respuesta a estas preguntas supondría trazar el camino. Afortunadamente, y para ello, hoy no todo son malas noticias.


Recientemente un grupo importante de la comunidad médica mundial ha tenido como marco de reunión las Sesiones Científicas de la American Diabetes Association (ADA) para conocer -de primera mano- los resultados de dos de los estudios de mayor amplitud realizados en el área de diabetes (VADT y ACCORD).


Las conclusiones de ambos estudios han avalado la eficacia de la rosiglitazona, una de las sustancias activas más estudiada a nivel mundial para controlar de forma sostenible los niveles de azúcar. Han ratificado su seguridad, al precisar que no existe evidencia científica que suponga un incremento de riesgos de morbilidad y mortalidad cardiovascular en pacientes tipo 2 con un perfil adecuado al tratamiento.


Esas son buenas noticias si consideramos que lo que necesitamos es transmitir tranquilidad y certeza al paciente; son apropiadas (las noticias) porque responden y refuerzan la meta que debe trazarse el paciente con diabetes: alcanzar el control a corto y largo plazo; y son válidas, porque la base de la información es clínica y científica, lo cual da serenidad al paciente y a su familia.


Debemos asumir la realidad de que en Latinoamérica tenemos, todavía, muchas oportunidades por delante en el plano de la información-educación sobre la Diabetes. En ALAD creemos que la información amplia y sostenida no solo permite al paciente mejorar sus hábitos de dieta y ejercicio, sino también saber como prevenir, controlar y entender la diferencia entre los diferentes tipos de tratamiento y sus principales atributos clínicos.


Si tenemos las ideas claras sobre los pilares que integran el tratamiento adecuado, seguro y eficaz, y las metas del paciente ¿por qué no conseguimos con la misma eficacia la concienciación social sobre cómo controlar a largo plazo una enfermedad que aqueja a nuestra región?


En la ALAD estamos convencidos de que todos podemos ayudar en la labor de acompañamiento -clínico y emocional- si nos interesamos por conocer cuáles son las limitaciones reales y cuáles las oportunidades para alcanzar el control a corto y largo plazo. No hay nada que perder: el paciente ganará seguridad y calidad de vida? y nosotros, todos los involucrados, seguiremos generando buenas noticias.

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