27/10/2004
Se calcula que en Estados Unidos, el 50% de los conductores manejaría insomne, lo que provoca unos 120 mil accidentes al año por esta causa.
Equipo Periodístico
SaludActual
La jefa de la Sección de Neurofisiología Clínica y
Medicina del Sueño, del Servicio de Neurología del Centro Neurológico
del Hospital Francés de Buenos Aires, doctora Margarita Blanco, señala
que el insomnio representa la percepción de sueño insuficiente,
de mala calidad o poco reparador.
"Casi todas las personas han experimentado alguna vez dicho problema,
pero en la mayoría de las oportunidades es transitorio, precipitado por
cambios en la rutina diaria (viajar, ingresar a un nuevo trabajo, cambiar de
casa, jornadas laborales nocturnas, tensión emocional, etcétera).
No obstante, para muchos constituye una queja permanente que genera un enorme
sufrimiento y altera por completo sus vidas", agrega la especialista
trasandina.
Esta alteración del sueño - que los especialistas calculan la
sufre el 40% de la población adulta - se torna muy peligrosa si la relacionamos
con nuestras actividades de la vida diaria, por ejemplo, conducir un vehículo.
Según la doctora Blanco, se calcula que en los Estados Unidos el 50%
de los conductores manejaría insomne o con alguna alteración del
sueño (parasomnia, hipersomnia, etc. ), lo que provocaría unos
120 mil accidentes al año por esta causa.
La especialista en trastornos del sueño, manifiesta que en su país
(Argentina) son muy frecuentes los accidentes de tránsito en horas de
la madrugada - entre 5 y la 6.30 a.m. -, cuestión que también
sucede en Chile. "Es frecuente ver accidentes que no tienen explicación,
o bien, que no se entiende cómo el conductor realizó tal o cual
maniobra. Estamos habituados a ver en los choferes de transporte público
conductas inapropiadas, pero nunca nos detenemos a analizar de que muchos de
esos graves desastres pueden estar relacionados con una alteración del
sueño como el insomnio", explica.
De acuerdo a la forma en que se presenta, el insomnio de divide en tres
tipos:
Insomnio de conciliación: Las dificultades se presentan para
iniciar el sueño.
Insomnio de mantenimiento: Comenzar el sueño es fácil,
pero mantenerlo estable durante la noche es muy difícil. En el transcurso
de la noche se presentan despertares frecuentes, lo cual deja al día
siguiente sensación de cansancio.
Insomnio terminal: La persona no tiene dificultades para comenzar a
dormir, pero se levantará más adelante, en la noche, y no puede
volver a dormir.
¿A qué especialista debe recurrirse para su tratamiento, a
un neurólogo o a un psiquiatra?
La doctora Blanco señala que en el tratamiento lo más importante
es identificar la naturaleza sicológica del trastorno. "Si los
trastornos son de orden emocional, una terapia psicológica puede ayudar
a vencer los síntomas del insomnio. Cuando el problema involucra patologías
más complejas el tratamiento debe asumirlo un neurólogo".
El tratamiento con medicamentos se ofrece cuando se ha hecho evidente
que el manejo de los hábitos es adecuado y el insomnio persiste. Sin
sobremedicar a las personas, recalca la especialista.
Algunos fármacos utilizados son los hipnóticos del tipo
benzodiacepinas de acción corta o de vida media intermedia. También
se pueden usar medicamentos no benzodiacepínicos. Por otro lado, se utilizan
los medicamentos conocidos como antidepresivos, con efecto sedante. Igualmente
existen medicamentos que se utilizan para los episodios de alergia pero que
tienden, como efecto secundario, a producir somnolencia.
Si sus dificultades para conciliar el sueño se convierten en algo
habitual y diario, repitiéndose durante muchos días - aproximadamente
quince días -, tendrá que consultar al médico para que
este encuentre la causa del insomnio y para que pueda hacerle un diagnóstico
y darle un tratamiento adecuado.
Consejos para el buen dormir
- Dormir únicamente lo necesario para un despertar descansado.
- Establecer horarios para dormir y seguirlos de manera estricta.
- Utilizar la cama únicamente para dormir; especialmente se recomienda
esto en las personas ancianas que se acuestan frecuentemente para ver la TV,
leer, oír la radio, etc.
- No acostarse a dormir hasta se tengan verdaderos deseos de hacerlo.
- Controlar que los sonidos externos a la habitación, la suficiente penumbra
y la temperatura de la habitación sean las adecuadas para conciliar el
sueño.
- No acostarse después de haber comido ni bebido en exceso, como tampoco
con hambre o sed.
- Evitar consumir café, té, bebidas colas, alcohol y no fumar
antes de acostarse.
- Evitar hacer siestas mayores de 20 minutos.
- Ciertos medicamentos como los antigripales y antitusivos pueden alterar la
calidad del sueño, así que deben ser tenidos en cuenta en el paciente
con problemas de insomnio.
- No haga ejercicio a lo menos cinco horas antes de irse a acostar (exceptuando
la actividad sexual).
- No beba nada de alcohol a lo menos dos horas antes de acostarse. Si bien el
alcohol puede ayudarlo a conciliar el sueño, tiende a producir insomnio
durante la segunda mitad de la noche.
- Si a pesar de lo anterior no logra quedarse dormido, no se dé vueltas
en la cama. Levántese y vaya a otra parte de la casa, tome una taza de
leche caliente o un baño de tina. Regrese a la cama únicamente
cuando vuelva a sentir sueño.