01/07/2009
Una investigación realizada por la Universidad ETH Zurich, en Suiza, sobre medicina antiaging demostró que existen alimentos que aceleran el envejecimiento y otros que lo retardan.
Una investigación realizada por la Universidad ETH Zurich, en Suiza, sobre medicina antiaging demostró que existen alimentos que aceleran el envejecimiento y otros que lo retardan.
El estudio dado a conocer en ?Proceedings of National Academy of Sciences?, en Estados Unidos, recogido posteriormente por el sitio ?Infobae?, estuvo a cargo al doctor Andreas Zimmer y el doctor Jurg Gertsch, quienes descubrieron las propiedades del orégano para el tratamiento de la inflamación crónica.
Según sostiene el equipo de expertos, el orégano contiene un ingrediente activo, betacaryophyllin (E-BCP), que inhibe la inflamación de los tejidos, articulaciones, y la degeneración ósea. Lo que indicaría, explican los facultativos, que al ingerir orégano se lograría una disminución de la inflamación hasta en el 70% de los casos.
A este descubrimiento se suman nuevos avances de la medicina antiaging, que corroboran que existen nutrientes que apresuran el envejecimiento y otros que lo aplazan. Entre los alimentos proenvejecedores o proaging, se hallan los que contienen un alto índice glucémico, debido que aumentan el nivel de insulina en sangre. También se ratificó que los alimentos que deterioran la salud y promueven el envejecimiento son los que contienen grasas trans.
Algunos alimentos proenvejecedores que se deberían minimizar en la dieta, sostiene el artículo médico son: el azúcar, pan, papas al horno y fritas, arroz cocido, zanahorias cocidas, galletitas, harinas, cereales refinados azucarados, pastas, jugos de frutas, entre otros.
Por otra parte, es fundamental que las personas sepan que deben incluir en su alimentación para mejorar su calidad de vida. En el grupo de nutrientes antienvejecimiento, se encuentran las carnes blancas magras, el tomate, morrón, verduras de hoja verde, apio, brócoli, manzana, naranja, pera, berries, los aceites de oliva y de canola, entre otros.
Estos productos estimulan la producción de los buenos eicosanoides u hormonas del sistema autócrino, generando una conservación del organismo y un retardo en el envejecimiento del cuerpo.