29/07/2004
Solo uno de cada dos pacientes logra ser transplantado, gracias a la donación de órganos, en este caso el corazón.
María Paz Crisóstomo Hadi. Periodista SaludActual
La madrugada de hoy, la familia de Benjamín Galván, no la olvidará,
ya que, después de mucho esperar, al fin llegó el esperado corazón
que a esta hora se esta transplantando en el Hospital Clínico de la Universidad
de Chile. Luego de dos intentos frustrados, la intervención se lleva
a cabo gracias a la donación del órgano de José Armijo,
de 34 años, quien en vida había expresado su intención
de donar su corazón.
Anualmente, se activan alrededor de 12 urgencias nacionales, de extrema gravedad
y tan solo la mitad de ellas logra trasplantarse, un 25% mejora su situación
preliminar y el resto fallece, sin obtener el órgano requerido. Según
datos de la Corporación del Trasplante, la mortalidad de la lista de
espera para un corazón es de un 50%, es decir, uno de cada dos pacientes
no alcanza a ser sometido al trasplante.
A diferencia del riñón y el hígado, el corazón
además es uno de los órganos que más rápido se daña,
tras el fallecimiento de la persona, lo que aumenta aún más los
riesgos y el tiempo de espera para poder ser transplantado.
Según la Corporación del Transplante, al diario electrónico
El Mostrador, señaló que "durante el primer semestre de este
año se han realizado 27 trasplantes más que en el mismo lapso
de 2003 con un total de 75 donantes. Al 20 de julio se habían practicado
129 trasplantes de riñón, 33 de hígado, 8 de corazón
y 2 de pulmón".
El Transplante de corazón que parece ser lo ideal, no es una solución
para todos los problemas de corazón, evidentemente. De hecho, sólo
puede llevarse a cabo en un muy pequeño número de pacientes que
tengan menos de 55-60 años, con algunas enfermedades cardíacas
muy determinadas que limiten drásticamente su esperanza de vida, a no
más de 2 ó 3 años, que tengan todos los otros órganos
vitales en excelente estado (particularmente los riñones, el hígado
y los pulmones.
Por todo ello, el transplante de corazón sólo es una solución
en los casos en los que es la única esperanza de vida y en los que haya
probabilidades reales de éxito. De acuerdo a la población existente
en Chile (15 millones de habitantes), entre 500 y 600 personas tendrían
la calidad de convertirse en donantes potenciales, anualmente. De este universo,
la mitad se pierde, ya sea por negativa familiar o por razones de contraindicación
médica del propio donante.