Equipo SaludActual
La expectativa de vida de las personas está en continuo crecimiento. Pero, por otra parte, la diabetes también. Diagnosticar y tratar la diabetes en la tercera edad requiere un acercamiento único y flexible para cada paciente.
La diabetes es una enfermedad en la cual nuestro cuerpo acumula glucosa en la sangre debido a la falta o falla en la producción de insulina, hormona encargada de “abrir” las células del cuerpo para que “ingrese” el azúcar y pueda ser utilizado como energía. Existen dos tipos de diabetes:
Diabetes I: cuando el cuerpo simplemente no produce insulina.
Diabetes II: el cuerpo aún puede producir insulina, pero no la suficiente; o cuando la insulina que produce no funciona correctamente, lo que se conoce como resistencia a la insulina.
En ambos casos, el resultado es la acumulación de azúcar en la sangre. Si no es tratada adecuadamente, puede desencadenar graves problemas para la salud, como enfermedades cardiovasculares, daño a los riñones, enfermedades del sistema nervioso, ceguera, entre otros.
Síntomas
Debido a los cambios fisiológicos que se producen en el cuerpo a medida que éste envejece, se hace más difícil diagnosticar la diabetes.
Algunos de los síntomas más comunes, como tener la boca seca y sed excesiva, sentir fatiga o aletargamiento, orinar más de lo normal y tener problemas a la vista, se confunden con problemas propios de la edad.
Para diagnosticar la diabetes, se debe estar atento a síntomas únicos, que son más comunes en los pacientes de tercera edad, como por ejemplo:
Tratamiento
El tratamiento contra la diabetes en personas mayores coincide en gran parte con el de personas jóvenes. Se debe controlar especialmente que el peso de la persona sea el adecuado, ya sea muy bajo o por sobre lo normal; controlar periódicamente el nivel del azúcar; hacer actividad física y, en general, mantener un estilo de vida saludable.
Esto, además, debe ir acompañado de un tratamiento con medicamentos, lo que debe ser monitoreado de cerca, ya que muchos adultos mayores toman medicamentos por otras enfermedades, por lo que la interacción entre ellos tiene que ser controlada por un médico.
Además, se debe tener especial cuidado de no ser tan agresivo con el tratamiento, para evitar la hipoglicemia, que es el nivel de azúcar excesivamente bajo en la sangre.
Carolina Henríquez.
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