Equipo SaludActual
Conozca más acerca de estos intensos temores que pueden afectar diversos aspectos de la vida diaria.
Una fobia se define como la aversión obsesiva hacia alguien o a algo, con un terror irracional y compulsivo. De esta forma, el problema puede terminar en un rechazo total del sexo.
Esta reacción tiene su origen en el miedo, que puede relacionarse con el temor ante situaciones dolorosas o que impliquen peligro según el punto de vista de la persona. Incluso la eyaculación precoz, la disfunción eréctil, o la anorgasmia, se pueden producir desde un miedo oculto.
Sin embargo, quien padece estos tipos de fobias no necesariamente deja de sentirse atraído hacia otro, ni pierde el deseo sexual. Lo que sucede es que el afectado se bloquea, y se siente incapaz de superar su fobia.
¿De dónde viene el miedo?
El origen del miedo es muy variable. Los casos que más se repiten, son los sgtes:
Trasfondo físico y psicológico
Como decíamos, el fóbico se inhibe ante el acto que no puede soportar. No obstante, la psicología de fondo explica que, en realidad, quienes sufren este problema desean algo y le temen al mismo tiempo. Entonces, se escapa de la situación como un método de defensa.
Así, detrás de estos miedos se encuentra una amplia gama de cuadros psicológicos posibles, desde una aprensión normal a la intimidad, agravada por un carácter tímido o sensible, hasta núcleos sicóticos de carácter paranoide. Todo depende de cada caso, y el origen debe ser determinado por un especialista.
A grandes rasgos, el tratamiento desde el punto de vista mental pasa por lograr un cambio en la forma de pensar de quien sufre de fobia al sexo, y hacerle entender, por ejemplo, que la sensación de dolor en el coito no se produce porque hay una herida, sino porque los nervios bloquean el cuerpo. En otras palabras, es necesario darle la confianza que necesita y hacerle ver que sus preocupaciones desmedidas no tienen un fundamento lógico.
Se aplica, entonces, la llamada "terapia de reestructuración cognitiva conductual", que implica un tratamiento enfocado a superar el trauma.
También se puede realizar un psicoanálisis, aunque este es un tratamiento largo que, por lo general, se puede extender por años, y no es extraño que los pacientes se retiren por falta de motivación o tedio.
De acuerdo al caso, se puede recomendar a la vez psicoterapia, con o sin medicamentos. De todas maneras, los sexólogos también tratan las fobias sexuales, con resultados óptimos y sin necesidad de años de exámenes y análisis.
Tipos de fobias sexuales
Existen diferentes clases de fobia sexual, dependiendo del trauma sufrido. Dentro de las más comunes se puede destacar:
Los miedos sexuales y sus consecuencias
Es sumamente importante tratar a tiempo un caso de fobia a la sexualidad, ya que si no se hace nada al respecto, es probable que los problemas asociados acompañen a la persona afectada durante toda su vida, repercutiendo en diversos ámbitos.
Algunas consecuencias de no tratar una fobia de este tipo, son:
Es por esto que es relevante asesorarse por especialistas, quienes entregarán al afectado las herramientas necesarias para identificar sus más íntimos temores, y finalmente superarlos.
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