Equipo SaludActual
Enfermedad de Peyronie, ¿qué es y cómo tratarla?. Es normal que el pene nunca esté completamente recto, pero existe un grado de desviación que se asocia con problemas funcionales en la actividad sexual del hombre.
Los cambios de forma en esta zona son frecuentemente motivo de alarma y consulta, ya que se debe distinguir entre dos tipos de imperfecciones distintas: la congénita y la enfermedad de Peyronie.
Por una parte, el recurvatum penis o incurvación congénita, se presenta durante toda la vida de la persona, desde su nacimiento, por lo que generalmente se trata de una curvatura leve, que no afecta el diario vivir.
El segundo caso, en tanto, debe ser tratado.
Origen
Esta enfermedad fue descrita por primera vez en 1743 por el cirujano del rey Luis XV de Francia, el médico François Gigot de La Peyronie; de allí su nombre.
Aunque hasta el día de hoy se desconoce la causa, Peyronie la asoció a algunas enfermedades como la gota, diabetes, flebitis, traumatismo del miembro -erecto- durante el acto sexual, arteriosclerosis, y el uso de antihipertensivos.
Además, actualmente se cree que existe una predisposición genética, así como un componente autoinmune.
Así, la dolencia afecta a un 1% de los hombres, en general adultos jóvenes, y de edad media. En algunos casos, se relaciona con fibrosis en otras zonas del cuerpo, como en las palmas de las manos (conocida como enfermedad de Dupuytren) o en las plantas de los pies (enfermedad de Ledderhose).
Se trata de una patología poco frecuente en la población general, por lo que es habitualmente detectada en los servicios de andrología. Allí debe ser investigada en detalle, mediante un cuestionario con el paciente, y un examen físico.
Por lo general, se suelen encontrar nódulos peneanos asintomáticos, lo que permite iniciar tratamientos para evitar que el mal se siga desarrollando.
¿Qué sucede?
En el Peyronie, se produce una lesión o placa en la túnica albugínea de los cuerpos cavernosos del pene. Esta lesión, que deviene de un proceso de esclerosis y calcificación, suele formar un pronunciado ángulo o curvatura en la parte superior del pene, haciéndolo doloroso y, generalmente, impidiendo llevar a cabo el acto sexual.
Estas características lo diferencian de la incurvación congénita, que es un desorden que se detecta en la juventud, y es causado por la atrofia de uno de los cuerpos cavernosos.
Como decíamos, se desconoce la causa exacta del Peyronie, pero la presencia de anticuerpos antinucleares, la hipergammaglobulinemia y la asociación con otras enfermedades fibroplásticas sugieren una base autoinmune.
Existen otras teorías en las que se afirma que los múltiples microtraumatismos que el pene sufre durante la actividad sexual provocarían, en individuos genéticamente predispuestos, una respuesta inflamatoria que evolucionaría a fibrosis debido a un recambio deficiente de fibrina, ya sea por escasa vascularización de la túnica albugínea, o bien por una disminución de los agentes fibrinolíticos.
Uno de los mayores problemas de la dolencia es que, frecuentemente, tiende a empeorar muy rápido, aumentando la incurvación, y disminuyendo el tamaño de las erecciones. También, la molestia se acompaña de un intenso dolor en la zona.
Examinación y diagnóstico
Ante una curvatura peneana, el diagnóstico se basa en la explicación de los síntomas por parte del paciente, y luego el médico procede a un examen físico, donde se confirmarán los siguientes signos clínicos:
-Nódulo palpable (fibrosis), similar a una placa, en el dorso del pene. En algunas ocasiones, los nódulos tienden a calcificarse, por lo que sería necesaria una radiografía.
-Torcedura del pene erecto, por lo general hacia arriba, aunque la deformación puede ser ventral, lateral o dorsal.
-Especie de "estrangulamiento" durante la erección.
-Dolor durante la erección, o fuera de ella (aunque no siempre se presenta).
Tratamiento
Existen distintas opciones para corregir el Peyronie, y varían de acuerdo al tiempo de evolución, la sintomatología, el grado de desvío o torcedura y una eventual disfunción eréctil.
Los tratamientos médicos alivian el dolor, mejoran la incurvación y detienen la progresión de la enfermedad.
En la mayoría de los casos, los fármacos que más se indican son la pentoxifilina, el tamoxifeno, la vitamina E y la colchicina, además de ciertos tratamientos específicos propios para cada caso, como inyección de enzimas locales, láser y ultrasonido.
Sin embargo, casi siempre la cirugía es la mejor -si no la única-opción. Un urólogo con amplia formación y experiencia en cirugía peneana es el profesional de la salud más adecuado para realizarla.
De esta forma, existen diferentes técnicas para corregir el defecto, de las cuales destacan tres posibilidades:
1.-Incisión en la placa para insertar un parche de material biocompatible: Es un procedimiento complejo, pero no presenta acortamiento notorio del pene.
2.- Acortamiento del pene en el lado opuesto a la placa: Se puede realizar con diversas técnicas, como la plicaturas simple o modificada, técnica de Nesbit o Essed-Schröder, etc. De todos modos, cualquiera de ellas implica un notable acortamiento del miembro.
3.- Reconstrucción de los cuerpos cavernosos y zonas afectadas: Se trata de una microcirugía muy minuciosa y delicada, por lo que son escasas las clínicas con cirujanos urólogos con la debida experiencia, capacitación y equipamientos para este tipo de intervenciones.
Otra opción es la inserción de una prótesis en los cuerpos cavernosos para asegurar una correcta erección, pero no es muy utilizada.
Prevención
Lamentablemente, no existe una forma exacta de prevenir la enfermedad de Peyronie. De todas maneras, existe una tendencia a desarrollar la dolencia por parte de los hombres de mediana edad que mantienen relaciones sexuales vigorosas y frecuentes.
Por otra parte, es recomendable consultar a un urólogo apenas aparezcan los síntomas mencionados.
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