¿Cómo adecuar la alimentación al inexorable paso de los años?. A continuación recomendaciones para recibir nutritivamente los 40.
Se acercan los 40, algunos sienten que llegan a la mejor etapa de la vida, otros se sumergen en la crisis, pero cualquiera sea la opción que elijamos sin duda que hay ciertos cambios en el organismo que con un poco de información y hábitos saludables harán de esta edad una etapa plena.
Así como podemos entender que el organismo de un bebé es distinto al de un adolescente y estos, al de un adulto, el cuerpo de los adultos también cambia de acuerdo al rango de edad en el que nos encontremos, y por ello debemos tratarlo en base a sus necesidades específicas.
Mónica Rojas, Subgerente de Desarrollo de la empresa PROEXA, especialista en alimentos comenta: ”Tanto en hombres como en mujeres, los órganos alcanzan su mayor peso a los 20 - 30 años, pero a partir de los 40, la mayoría van a disminuir: el cerebro, el riñón, el hígado, el páncreas, excepto el corazón que, por la hipertrofia de las fibras musculares va a aumentar su peso ligeramente. Además, en ambos sexos comienzan los desbalances hormonales, y los síntomas que se presentan no sólo se asocian estos cambios, sino también al comienzo del envejecimiento natural”.
“También encontramos cambios en el peso y redistribución de la grasa corporal. Las mujeres en esta edad podrían aumentar de peso con o sin tratamiento hormonal, ya que el metabolismo basal se pone más lento. Esto significa que haciendo la misma actividad que antes, la cantidad de calorías gastadas por el organismo disminuye”, explica Mónica Rojas.
Cuando comienzan los 40, las personas tienen un riesgo mayor de padecer diabetes, hipertensión arterial, hiperuricemia, y subir los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre, aumentando la probabilidad de que se presenten enfermedades cardiovasculares, problemas respiratorios, dolencias digestivas y artrosis en cadera y rodillas. Otro de los fenómenos fisiológicos a los que nos podríamos enfrentar pasados los 40, son los cambios en la composición corporal. Se presentan cambios en la distribución de la grasa, que tiende a aumentar y a acumularse más en el tronco que en las extremidades, y lo mismo ocurre en los órganos internos. Este cambio en la distribución de la grasa corporal se hace más notable en la mujer, y es acompañado también de una disminución de la masa muscular, la cantidad de agua que almacenamos, y la masa ósea.
Pero, ¿qué tiene que ver todo esto con la dieta?, mucho, ya que una dieta equilibrada en base a alimentos saludables es la manera de minimizar el riesgo de adquirir prematuramente estas patologías manteniendo nuestro cuerpo más saludable y preparado ante el advenimiento de los cambios. La Subgerente de Desarrollo de PROEXA, nos entrega alguno tips para alimentarnos de manera adecuada:
Distinguir entre hambre y apetito.
El hambre es la necesidad fisiológica vital para conservar la salud.El apetito que es el deseo de comer por placer.
· Comer despacio, de manera relajada y dedicar un mínimo de 30 minutos.
Comer sentado a la mesa, de un modo tranquilo y de manera ordenada, sin mezclar los platos.
· Fraccionar la alimentación en al menos tres porciones diarias, desayuno, comida y cena, respetando los horarios de cada una y sin saltarse ninguna de ellas.
· Planificar los menús con antelación para poder prepararlos adecuadamente.
· Masticar bien los alimentos, ya que la digestión de muchos de ellos comienza en la boca. De esta manera se aprovecha más su valor nutritivo y se predispone al cuerpo hacia una mejor digestión.
· Reducir al mínimo el consumo de productos dulces, sobre todo en caso de obesidad, diabetes o alteraciones de lípidos en la sangre.
· Incrementar el consumo de Legumbres y de alimentos a base de Legumbres y verduras.
· Vigilar el origen de la grasa de los alimentos que consumimos.
Conviene reducir el consumo de grasa de origen animal (grasa saturada) debido a su capacidad de aumentar los niveles de colesterol y riesgo de desarrollar ateroesclerosis. Como contrapartida, debemos favorecer el consumo de alimentos ricos en ácidos grasos insaturados (ejemplo: pescados y aceites de oliva), ya que nos ayudan a reducir los niveles de triglicéridos y colesterol sanguíneos.
· Tener la voluntad de retirar el salero de la mesa.
Reduzca el consumo de alimentos ricos en sodio (embutidos, conservas, etc.). En general, nuestro organismo no necesita mayor aporte de sal que el que ya nos proveen los alimentos.
· Beber abundante agua (1, 5 litros al día) para mantener el cuerpo bien hidratado y favorecer la función renal.
Claramente los 40 es un mundo por descubrir. La tecnología y el conocimiento en temas de alimentación son hoy nuestro mejor aliado para ayudarnos a mantener nuestro bienestar físico e intelectual, y así prepararnos para que esta etapa de nuestras vidas sea la continuidad de un estado plenamente saludable y lleno de oportunidades.
Este artículo está muy importante, principalmente para todas las personas que desconocemos que alimentos nos hacen bien para la salud y de cuantas calorías o azúcares contienen los alimentos que ingerimos, gracias
22/08/2018 - 13:37:23 | danie torres casanova
me parece un excelente articulo.muy bien redactado y con un contenido bien interesante,no dejen de pasarlos gracias