Otoplastía: cirugía para orejas arqueadas

Equipo SaludActual

El cartílago es una de las partes de nuestro oído que debe ser modificado, con el objetivo de otorgar una forma más natural a esta parte de nuestro rostro.

El problema sobre el tamaño de nuestras orejas suele conllevar a otras complicaciones de carácter psicológico en el ser humano, afectando a niños como también a adultos. Sin embargo, la cirugía puede llevarse a cabo desde los seis años en adelante, pues antes de esa edad esta parte de nuestro cuerpo aún no ha completado su desarrollo.

Las personas que se someten a este tipo de intervención quirúrgica mejoran a cabalidad la apariencia de su rostro. Es más, el objetivo principal de la Otoplastia es reconstruir completamente la oreja, permitiendo reducir y cambiar el tamaño de ellas y sus lóbulos. Así obtienen una mejor apariencia y posición, pues la idea es re ubicarlas a una distancia natural del cráneo. 

"Las cirugías son dos. Una se trata de rehacer el doblez para dejarla más pegada al craneo, interviniendo el cartílago y dandole más curvatura. La otra consiste en achicar el lobulo y se llama Lobuloplastía", explicó el especialista en medicina estética, Jose Luis Monardez.

Ambas modificaciones tienen distinta duración, ya que la corrección de orejas puede prologarse hasta las 2 horas, mientras que la intervención realizada en los lóbulos generalmente alcanza sólo los 30 minutos.

Para otorgar una forma más natural a las orejas se re modela el cartílago, corrigiendo su posición y forma. En ocasiones es necesario retirar una capa de piel, que luego es suturada con puntos internos de carácter indefenso para nuestro organismo, ya que son aptos para su re absorción. La cicatriz es muy discreta porque la operación se realiza detrás de la oreja. 

¿Anestesia local o general?

Generalmente la Otoplastía se realiza con anestesia local en adultos, permitiendo al paciente regresar a su hogar en pocas horas, sin efectos secundarios. Es decir, mientras usted está siendo intervenido puede dormir y respirar normalmente. No obstante, para la aplicación de esta intervención en niños es necesario aplicar anestesia de carácter general. 

Finalizada la cirugía, el paciente debe usar durante una semana un tipo de venda día y noche alrededor de sus orejas, para otorgar un mejor proceso de moldeo y protección. El cuidado de esta venda es muy riguroso y se debe tener precaución al momento de tomar una ducha, ya que por ningún motivo puede absorber humedad. El médico cirujano es el único autorizado para retirar esta venda especializada.

Luego de esta primera etapa, el paciente puede ducharse normalmente, ya que debe usar la venda sólo por las noches durante 1 mes y medio aproximadamente. A pesar de estos cuidados, transcurridos tres días después de la operación el individuo puede retomar sus actividades cotidianas, cuidando no cometer algún ejercicio brusco que involucre la zona del cráneo. En el caso de los niños deberán pasar al menos 7 días.

Resultados

Los resultados de esta intervención pueden variar durante las primeras semanas. De hecho, una vez terminado el procedimiento, las orejas del paciente se encontrarán hinchadas con presencia de hematomas, provocando un aumento en su tamaño. Una vez transcurridas de 4 a 6 semanas será posible obtener el efecto definitivo y permanente.

En cuanto a la cicatriz, se mantendrá evidente durante 18 meses aproximadamente, luego de este periodo tomará un tono más pálido y acorde a su piel. Cuando haya disminuido el efecto de la anestesia en el paciente, él podrá ingerir paracetamol en caso de presentar mucho dolor. Los puntos aplicados serán retirados unos días después.

Los riesgos que se podrían producir son los comunes y no perjudican el resultado final. Entre éstos se encuentra algún tipo de infección en la herida, reacción alérgica, hemorragia y mala cicatrización, la cuál es completamente corregible a través de una segunda intervención.

Daniela Araya A.

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