Equipo SaludActual
Luz láser, dermobrasión, luz intensa pulsada y escisión , son tres de los tratamientos empleados por la medicina para el borrado de un tatuaje que ya no te acomoda. Si te has preguntado últimamente cómo borrar un tatuaje o cómo eliminar un tatuaje que ya no quieres tener, este es el artículo que necesitas leer.
La decisión de tatuarse ya no es para toda la vida, ya que la tecnología nos ha permitido implementar las técnicas necesarias de cirugía para desaparecer tatuajes. No obstante, es importante aclarar que ninguno de los métodos resulta 100% efectivo, dejando algún tipo de pigmentación en la piel o una cicatriz.
El resultado final dependerá del tamaño y edad que tenga un tatuaje, como también del método de dibujo empleado por el tatuador, ya que sólo un profesional logra pigmentos uniformes en la profundidad de la piel. No así uno principiante, quien realizará un tatuaje superficial difícil de eliminar.
Uno de los principales y comunes métodos para quitar tatuajes es con luz láser, que elimina la tinta de éste rompiendo el pigmento colocado en el orificio de la piel. Se necesitan entre una a diez sesiones para concretar la eliminación, teniendo cuidado de no excederse porque puede provocar cicatrices permanentes en la dermis.
Otro de los tratamientos corresponde al de Luz Intensa Pulsada (IPL), que a través de ondas se dirige a la superficie de la piel para quemar el tatuaje, mientras estimula la regeneración de la piel. A diferencia de la intervención láser, este método es menos doloroso porque no se requieren muchas sesiones, pero el resultado final podrá ser efectivo luego de 12 meses.
La escisión también es otro procedimiento quirúrgico que sirve para eliminar tatuajes, pero específicamente para aquellos de tamaño pequeño. Técnicamente, se realiza una serie de incisiones que luego se suturan, logrando desaparecer el tatuaje. En caso que se trate de un tatuaje grande, será necesario realizar un injerto desde alguna zona dadora.
A través de la dermobrasión se puede efectuar un lijado médico de la piel tatuada bajo anestesia local, permitiendo el nacimiento de una nueva capa de dermis. Para este caso, el periodo de recuperación es amplio y además, no todas las personas pueden ejercerlo, ya que no es recomendable para quienes desarrollen hipopigmentación o hiperpigmentación (alteraciones en el color de la piel). Tampoco para quienes sufran infecciones a la piel u otros antecedentes médicos relevantes.
Todo aquel que desee eliminar un tatuaje de su cuerpo, debe encontrarse en las mejores condiciones de salud físicas y psicológicas, además de tener la fuerza de voluntad para dejar de fumar durante el periodo de tratamiento. Se debe corroborar la presencia de lupus, colores fluorescentes o cicatrices en el tatuaje.
En cuanto a la recuperación, varía de acuerdo al tratamiento escogido. Generalmente, la zona intervenida se encontrará roja y con la presencia de hematomas. También puede decolorarse o presentar una textura extraña. En el caso de tatuajes grandes y profundos existe mayor probabilidad de sangramiento, que será tratado con vendaje y cremas.
La fisiología del paciente y el número de sesiones influye directamente en el periodo de recuperación, así como también es de suma importancia utilizar alguna loción hidratante o limpiadora suave. Para evitar futuras irritaciones se debe evitar el contacto directo con la luz solar, productos exfoliantes o elaborados a base de ácido, porque pueden demorar la cicatrización.
La única desventaja que presenta la eliminación de tatuajes es la presencia de un cuadro infeccioso en la zona tratada, por eso es importante mantener la higiene de tus manos y la utilización de vendas estériles. Es necesario ser cuidadoso con el centro médico y los especialistas que escojas, ya que el uso erróneo de máquinas láser puede generar quistes superficiales.
Daniela Araya A.
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