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2024-04-20

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Vigorexia: cuando el deporte es un problema

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El límite entre el cuidado del cuerpo y una excesiva obsesión por él parece ser sólo una delgada línea. ¿Qué nos puede llevar a padecer vigorexia? ¿Cómo saber cuando el ejercicio esta siendo una adicción?


Actualmente, la publicidad y los medios de comunicación insisten en ofrecernos una visión de la belleza basada en cuerpos irreales, imposibles de obtener a menos que pasemos largas horas en el gimnasio, dejemos de comer o photoshop le dé una "ayudadita" a nuestras fotos.

Sin embargo, algunas personas se esmeran en intentar llegar a estos cánones y pasan eternidades ejercitándose, buscando lograr el cuerpo perfecto.

Si bien es cierto que mantener una vida saludable basada en el deporte y una dieta balanceada puede otorgarnos mejor calidad de vida, la obsesión con el ejercicio y el aspecto físico puede acarrear consigo una grave enfermedad: la vigorexia.

Lo primero que hay que tener claro es que la dismorfia muscular o vigorexia es una enfermedad sicológica y no física. El trastorno fue descrito en 1993 por los investigadores de la Universidad de Harvard Harrison Pope y David Katz el que en un principio llamaron "complejo de adonis" y se caracteriza principalmente por una dieta meticulosa, la preocupación excesiva por la apariencia física y una distorsión de la percepción de la figura.

Esta alteración trae consigo conductas dañinas como excesivos entrenamientos a pesar de presentar lesiones y el consumo de esteroides anabólicos para aumentar la masa muscular que pueden, incluso, provocar afecciones cardiacas e infartos.

El límite entre la actividad física y la obsesión

La vigorexia tiene entre sus principales síntomas la transformación de la actividad física recomendada en duros entrenamientos basados principalmente en el levantamiento de pesas, con el objetivo de que los músculos se agranden.

Quienes padecen esta enfermedad no temen realizar actividad física aunque presenten dolor, lesiones o deban abandonar otras obligaciones con el fin de ir al gimnasio. Es por esto, que presentan músculos, articulaciones y tendones dañados, cuyo perjuicio aumenta al mismo tiempo avanza la enfermedad.

Por otra parte, físicamente pueden presentarse otros síntomas como convulsiones, mareos, dolores de cabeza y taquicardia.

De la misma forma que en trastornos como la anorexia o la bulimia, las personas con vigorexia cuidan meticulosamente sus dietas, pues el fin es eliminar la grasa y tener un cuerpo muy musculoso. Basan su alimentación en excesivos niveles de proteínas y carbohidratos y una limitada cantidad de lípidos.

De hecho, debido a su intento por controlar la dieta pueden incluso desarrollar alguno de estos desórdenes alimenticios.

Por otra parte, consumen importantes cantidades de esteorides anabólicos, hormonas de crecimiento y otros productos dopantes para incrementar rápidamente su masa muscular.

Estas sustancias favorecen la hipertensión arterial, el cáncer de hígado, próstata y testículo. Además, provocan repentinos cambios de humor, afectando de manera negativa su vida social.

Psicológicamente, quienes padecen esta enfermedad son muy tímidos y ven sus cuerpos como imperfectos, por lo que temen el juicio de otras personas sobre su aspecto. Entonces, si no realizan ejercicio extremo se sienten débiles e incluso pueden llegar a sentir odio por sí mismos.

¿Qué provoca el trastorno dismórfico corporal?

Si bien no se sabe a ciencia a cierta que es lo que provoca la enfermedad, algunos investigadores la han asociado al trastorno obsesivo compulsivo (TOC), el que provocaría que la preocupación y la obsesión constante se centraran en el aspecto físico.

Así también, se cree que traumas provocados durante la infancia como la intimidación durante la época escolar, las burlas de los pares, una enseñanza basada en la perfección y la constante tensión pueden provocar problemas de inseguridad en la adultez, influyendo en la aparición de este trastorno.

Asimismo, los medios de comunicación tienen gran importancia en el incentivo por obtener cuerpos irreales, generando estereotipos de perfección imposibles de obtener.

Finalmente, algunos asocian la vigorexia con la adrenalina que provoca una dura sesión de ejercicios y la admiración del círculo cercano. En la vigorexia, como en la mayoría de los trastornos, no existe sólo una causa, sino que esta es provocada por una combinación de factores.

Tratamiento

Esta es por sobretodo una enfermedad psicológica, por lo que su tratamiento debe prestar especial atención a esta área, ya que será imprescindible que la persona reconozca que padece el trastorno y esté dispuesta a someterse a tratamiento médico para superarlo.

El objetivo principal del tratamiento psicológico es modificar la conducta del paciente y sobretodo la percepción que el tiene sobre sí mismo.

Asimismo, se incentiva al paciente a reducir el número de horas que dedica al ejercicio y sustituirlas con otras actividades que le agraden, en las que ojalá se relacione con otras personas.

El tratamiento consiste en combinar esta faceta psicológica con la farmacológica y nutricional.

En las primeras etapas del tratamiento es posible que sea necesario utilizar drogas como los antidepresivos para controlar el estado anímico.

Además, de la misma forma que en trastornos como la bulimia y la anorexia, el apoyo de la familia y amigos resulta vital para superarlo.

 

 

Carolina Roco.



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