Cordón Umbilical

Equipo SaludActual

Todas las madres y en general casi todas las personas saben que el cordón umbilical aporta los nutrientes necesarios para el desarrollo del feto. Pero, aún así, existen dudas.

 

 

El cordón umbilical es una especie de tubo que mide entre 30 a 100 cms. que se forma a partir de la cuarta o quinta semana de embarazo y comunica al bebé con la placenta para aportar los alimentos y oxigeno necesario para el desarrollo del niño. Además elimina sustancias tóxicas que el bebé debe separar de su cuerpo.

El miedo que las madres tienen es la posibilidad de que al bebé se le enrolle el cordón al cuello y se asfixie, pero según especialistas, si esto llega a suceder no le impediría realizar sus funciones. De hecho, 2 de cada 10 bebés nacen con el cordón umbilical enrollado.

En general, los principales problemas con el cordón umbilical durante el embarazo son la ausencia de una arteria, alteraciones en la longitud y nudos.

La más frecuente es la ausencia de una arteria y está asociada con alteraciones en el crecimiento del bebé, partos prematuros o malformaciones a nivel renal o cardiaco.

El tema de la longitud rara vez significa un peligro para el feto, aunque un cordón umbilical extremadamente corto puede llegar a impedir que el bebé se coloque en la posición normal del parto y uno muy largo aumenta las posibilidades de que se enrolle en el cuerpo del bebé. Los nudos se producen por los movimientos del niño en el vientre materno y son los que pueden causar ciertas complicaciones si está apretado porque impide el flujo de sangre.

En todo caso, debido a los avances tecnológicos, estos problemas se pueden detectar.

En realidad, una vez que el bebé nace, comienzan las preocupaciones respecto al cordón umbilical o mejor dicho, de lo que queda pegado al ombligo del niño.

Cabe mencionar que el cuidado es sencillo y no requiere mayor control médico aunque si se presentan complicaciones es preciso acudir al pediatra.

En la mayoría de los casos el cordón umbilical se desprende entre el tercer y sexto día de vida aunque en los partos por cesárea tarda un poco más. La cicatrización de la herida que queda se produce entre tres y cinco días después de la caída. Ahora bien, la humedad excesiva, la infección y el descuido pueden provocar un retraso en el proceso.

Es habitual oír que se debe evitar mojar el ombligo mientras no se ha desprendido el cordón o si no ha cicatrizado. Lo cierto es que después de lavarlo adecuadamente, es muy importante secar la zona para evitar la proliferación de bacterias.

En cuanto a las complicaciones que puedan surgir, está la onfalitis, el granuloma umbilical y la hernia umbilical.

La onfalitis es una infección que se puede reconocer porque alrededor del ombligo se enrojece y endurece la piel. El granuloma umbilical es una erupción cutánea en la cicatriz del ombligo. Por último, la hernia umbilical es un bulto que aparece en la zona, pero la mayoría se sanan solas en el curso de los 2 ó 3 primeros años de vida.

El pediatra dermatólogo Winston Martínez, recuerda que los cuidado son fundamentalmente: "No hay que olvidar que las soluciones de continuidad en la piel (grieta o llaga) tanto en adultos como en niños, son una puerta de entrada que permite que los filcocos o estafilococo, que son bacterias que están en el ambiente, puedan ingresar".

Por lo tanto, en lo que hay que poner atención es en la higienización del cordón umbilical, lo que se logra normalmente con povidona yodada, aunque el doctor Martínez explica que en los lactantes, puede ser absorbida a través de la piel y aunque parezca increíble, generar un trastorno del punto de vista tiroideo o sea generar un hipotiroidismo. De tal manera, que es preferible pincelar con clorhexidina, que es un antiséptico bastante seguro y no tiene los efectos de la povidona yodada.

Con respecto al baño del bebé, es recomendable usar un jabón suave e hipoalergénico. Incluso en los primeros días, podría utilizarse una medida tan simple como limpiar al niño con agua tibia solamente. 

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