¿Depresión endógena o Trastorno depresivo mayor?

Nadia Flores
Equipo periodístico
Saludactual.cl

El diagnóstico de depresión es cada vez más común, cerca del 10% de la población mundial padecería esta enfermedad.

El diagnóstico de depresión es cada vez más común, cerca del 10% de la población mundial padecería esta enfermedad. Pero hablar de depresión es mucho más complejo que simplemente sentirse triste o abrumado. Existen diversos tipos de depresión, como trastorno depresivo mayor, distimia, trastorno bipolar, entre otros. Actualmente éstos están categorizados dentro de los trastornos afectivos.

La antigua clasificación psiquiátrica clasificaba a la depresión de acuerdo al origen o causa del trastorno: depresión exógena o endógena. Sin embargo, pese a que el término depresión endógena ya no es utilizado, se encuentra ampliamente difundido por la opinión pública, por lo que es importante clarificar a qué se refiere este término.

Según la Ps. Liliana Contreras antiguamente la depresión endógena “se refería a aquellos cuadros depresivos en los cuales se reconocía un componente biológico predominante,  en contraste con las depresiones reactivas, en las cuales era posible identificar factores desencadenantes ambientales como pérdidas afectivas o simbólicas, entre otros.”

La depresión endógena se caracterizaba por un cambio en la bioquímica del cerebro, lo cual desencadenaba la depresión. Esto quiere decir que tenía una estricta relación con un trastorno bioquímico y metabólico cerebral, relacionado con la disminución de neurotransmisores, sustancia química del cerebro que transmite información de una neurona a otra, como pueden ser la serotonina, dopamina o noradrenalina.

En la actualidad se plantea que en la génesis de toda depresión es posible identificar factores psicobiológicos y psicosociales. Sin embargo, la proporción de esos factores sigue siendo diferente en las personas y, en  ese sentido, la depresión endógena se acercaría al trastorno depresivo mayor en el cual, dada la exploración clínica, los factores biológicos serían predominantes.

En cuanto a los síntomas, la severidad de éstos juega un rol fundamental, aquí se incluyen los síntomas propios de la depresión, además algunas características especiales, por ejemplo: síntomas melancólicos, pérdida del placer en prácticamente todas las áreas; falta de reacción a estímulos  habitualmente placenteros, generalmente peor por la mañana; despertar precoz (al menos 2 horas antes de lo habitual); enlentecimiento acentuado o al revés, agitación, culpabilidad excesiva o inapropiada.

Además de síntomas catatónicos (inmovilidad motora; resistencia extrema a cualquier orden (inmotivada) y otras cosas complejas de trasmitirte por esta vía), patrón estacional (recidivante en meses invernales, sin desencadenante aparente) o síntomas psicóticos (ideas delirantes, alucinaciones).

El diagnóstico de cualquier tipo de depresión se realiza de acuerdo a la sintomatología. En cuanto a el trastorno depresivo mayor, este se hace “identificando los síntomas particulares ya descritos, más los antecedentes familiares y la recurrencia de episodios”, señala Contreras. 

El tratamiento de cualquier depresión, según su severidad es abordado con fármacos antidepresivos, como pueden ser estabilizadores del ánimo o tranquilizantes mayores, y con apoyo psicoterapéutico.  

Es fundamental tener una mayor comprensión de esta enfermedad para dar atajo cuanto antes a sentimientos negativos o autodestructivos. Si sospechas que padeces un cuadro de depresión acude a un especialista, él sabrá como guiarte para salir adelante.

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